Verso Hebreos 5:14Pero el alimento fuerte... Las doctrinas altas y sublimes del cristianismo; la expiación, la justificación por la fe, el don del Espíritu Santo, la plenitud de Cristo que habita en las almas de los hombres, el triunfo en y sobre la muerte, la resurrección del cuerpo, la glorificación del cuerpo y del alma en los reinos de la bendición, y una unión sin fin con Cristo en el trono de su gloria. Este es el alimento fuerte que el cristiano genuino entiende, recibe, digiere y por el cual crece.

Por razón del uso... Que, por el constante oír, creer, orar y obedecer, usan todas las gracias del Espíritu de Dios; y, en el uso fiel de ellas, encuentran cada una mejorada, de modo que crecen diariamente en la gracia, y en el conocimiento de Jesucristo nuestro Señor.

Tengan sus sentidos ejercitados... La palabra αισθητηρια significa los diferentes órganos de los sentidos, como los ojos, los oídos, la lengua y el paladar, la nariz y las puntas de los dedos, y la superficie nerviosa en general, a través de la cual obtenemos las sensaciones llamadas ver, oír, gustar, oler y sentir. Estos órganos de los sentidos, al ejercitarse o emplearse con frecuencia en una variedad de temas, adquieren el poder de discernir los diversos objetos de los sentidos: a saber, todos los objetos de luz; la diferencia de sonidos; de sabores o gustos; de olores u olfateos; y de cualidades duras, blandas, húmedas, secas, frías, calientes, ásperas, lisas y todas las demás cualidades tangibles.

Hay algo en el alma que responde a todos estos sentidos en el cuerpo. Y como la naturaleza universal presenta a los otros sentidos sus objetos diferentes y apropiados, así la religión presenta a estos sentidos interiores los objetos que les son propios. De ahí que en la Escritura se diga, incluso en las cosas espirituales, que vemos, oímos, gustamos, olemos y tocamos o sentimos. Estos son los medios por los que el alma se siente cómoda, y por los que obtiene su felicidad y perfección.

En el cristiano adulto se dice que estos sentidos son γεγυμνασμενα, ejercitados, metáfora tomada de los atletas o contendientes en los juegos griegos, que solían emplear todas sus facultades, destreza y agilidad en simulacros de peleas, carreras, luchas, etc., para estar mejor preparados para las contiendas reales cuando éstas tenían lugar. Así, éstos emplean y mejoran todas sus facultades, y al usar la gracia obtienen más gracia, y así, siendo capaces de discernir el bien del mal, corren poco peligro de ser impuestos por la falsa doctrina, o por las pretensiones de los hipócritas; o de ser engañados por las sutilezas de Satanás. Sienten que su seguridad depende, bajo Dios, de este ejercicio, del uso apropiado que hagan de la gracia que ya les ha dado Dios. ¿Puede algún lector ser tan torpe como para no entender esto?

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