Verso Juan 13:10El que se ha lavado... Es decir, el que ha estado en el baño, como probablemente todos los apóstoles habían estado últimamente, a fin de prepararse mejor para la solemnidad pascual; pues en esa ocasión, era costumbre de los judíos bañarse dos veces.

No necesita más que lavarse los pies... Para limpiarlos de cualquier suciedad o polvo que pudiera haberse adherido a ellos, como consecuencia de caminar desde el baño hasta el lugar de la cena. Por lo tanto, el lavado de los pies de tales personas era todo lo que era necesario, antes de sentarse a la mesa; los hindúes caminan a casa después de bañarse descalzos, y, al entrar en la casa se lavan los pies de nuevo. A esta costumbre alude evidentemente nuestro Señor.

Si estas últimas palabras de nuestro Señor tenían alguna referencia espiritual, no es fácil decir cuál era. Una opinión común es la siguiente: El que es lavado, el que es justificado por la sangre del Cordero, no necesita más que lavarse los pies, para regular todos sus afectos y deseos, y conseguir, por la fe, que su conciencia quede limpia de cualquier nueva culpa, que pueda haber contraído desde su justificación.

Vosotros estáis limpios, pero no todos... Once de vosotros son rectos y sinceros; el duodécimo es un traidor. Parece que había lavado los pies de los doce; pero como ninguna ablución externa puede purificar a un hipócrita o a un traidor, Judas seguía siendo impuro.

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