Versículo 9. Afligíos y lamentaos... Sin un verdadero y profundo arrepentimiento no podéis esperar la misericordia de Dios.

Que vuestra risa se convierta en luto... Parece muy evidente que muchos de aquellos a quienes Santiago dirigió esta epístola habían vivido una vida muy irregular y disoluta . Ya había hablado de sus lujurias y placeres , y los había llamado adúlteros y adúlteras ; y tal vez lo fueran en el sentido más burdo de las palabras. Habla aquí de su risa y de su alegría ; y todos los términos tomados juntos muestran que se pretende una vida disoluta . Qué extraña visión debe tener de la naturaleza del cristianismo primitivo, quien puede suponer que estas palabras posiblemente hayan sido dirigidas a personas que profesaban el Evangelio de Jesucristo , que eran pocos en número, sin riquezas ni consecuencias, y eran perseguidos y oprimidos. ¡tanto por sus hermanos los judíos como por los romanos!

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