(12) Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.

(12) Ahora bien, muestra en qué consiste este testimonio que se confirma con tantos testigos: es decir, que la vida o la felicidad eterna es don de Dios, que es el Hijo, y procede de él para nosotros, que por la fe somos unido a él, de modo que sin él, la vida no se encuentra por ningún lado.

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