(2) Porque aunque te hice arrepentir con una carta, no me arrepiento, aunque sí me arrepiento: porque percibo que la misma epístola te ha hecho apesadumbrado, aunque [fue] sólo por un tiempo.

(2) Una objeción: pero nos ha tratado con rudeza. El apóstol responde que no usó su rudeza sin dolor. Y agrega, además, que ahora también se alegra de haberlos llevado a ese dolor, aunque fue en contra de su voluntad, ya que fue tan provechoso para ellos. Porque hay un dolor no sólo digno de alabanza, sino también necesario, es decir, por el cual el arrepentimiento crece en ciertos grados: y por este arrepentimiento los alaba mucho. Y esta es la quinta parte de esta epístola.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad