(20) que hizo en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo puso a su diestra en los [lugares] celestiales,

(20) El apóstol desea que contemplemos en nuestro glorioso Cristo (con los ojos de la fe) el más excelente poder y gloria de Dios, del cual todos los fieles son partícipes, aunque todavía es muy tenue en nosotros, por razón de la vergüenza de la cruz, y la debilidad de la carne.

(z) Estar a la diestra de Dios es participar de la soberanía que él tiene sobre todas las criaturas.

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