Dios también dándoles testimonio, tanto con (e) señales y prodigios, como con diversos milagros y dones del Espíritu Santo, según su propia voluntad.

(e) Este es el verdadero propósito de los milagros. Ahora se les llama signos, porque aparecen como una cosa y representan otra; y se les llama maravillas, porque representan algo extraño y desacostumbrado; y poderes porque nos dan una idea del gran poder de Dios.

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