(8) Entonces Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para remisión de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.

(8) El arrepentimiento y la remisión de los pecados en Cristo son dos principios del Evangelio y, por tanto, de nuestra salvación: y se obtienen por las promesas aprehendidas por la fe, y ratificadas por nosotros en el bautismo; y con nuestra salvación viene el poder del Espíritu Santo (Ed).

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad