(10) Estas son manchas en tus (l) fiestas de caridad, cuando ellos festejan contigo, alimentándose sin (m) temor: nubes [son] sin agua, llevadas por los vientos; árboles cuyo fruto se seca, sin fruto, dos veces muerto, arrancado de raíz;

(10) Él reprende con mucha dureza con muchas otras notas y marcas, tanto su deshonestidad o inmundicia como su descaro, pero especialmente, su vana valentía de palabras y vano orgullo, uniéndose con ello una grave y pesada amenaza de una antigua profecía de Enoc. sobre el juicio venidero.

(l) Las fiestas de la caridad eran ciertos banquetes, que los hermanos que eran miembros de la Iglesia celebraban todos juntos, como Tertuliano los expone en su disculpa, cap. 39.

(m) Impudentemente, sin toda reverencia ni a Dios ni al hombre.

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