Les ruego (1) pues, hermanos, (a) por las misericordias de Dios, que (b) presenten vuestros (c) cuerpos a (d) sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, [que es] vuestro (e ) servicio razonable.

(1) La cuarta parte de esta epístola, que después de terminar los puntos principales de la doctrina cristiana, consiste en declarar los preceptos de la vida cristiana. Y en primer lugar da preceptos y fundamentos generales: el principio de los cuales es este: que todo hombre se consagre por completo al servicio espiritual de Dios, y haga como si se sacrificara, confiando en la gracia de Dios.

(a) Con este prefacio muestra que la gloria de Dios es la meta máxima de todo lo que hacemos.

(b) En tiempos pasados, los sacrificios se presentaban ante el altar, pero ahora el altar está en todas partes.

(c) Ustedes mismos: en tiempos pasados ​​otros cuerpos además del nuestro, pero ahora el nuestro debe ser ofrecido.

(d) En tiempos pasados, se ofrecían sacrificios de muertos, pero ahora debemos ofrecer aquellos que tienen el espíritu de vida en ellos.

(e) Espiritual.

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