(49) He venido a enviar fuego a la tierra, ¿y qué haré si ya está encendido? (50) Pero de un bautismo tengo que ser bautizado, ¿y cómo me angustiaré hasta que se cumpla? (51) ¿Pensáis que he venido a dar paz en la tierra? Te digo que no; sino más bien división. (52) Porque de ahora en adelante cinco en una casa estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. (53) El padre estará dividido contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.

Varios han sido los juicios de los piadosos con respecto a esas expresiones de nuestro Señor, al comienzo de este párrafo. El fuego al que aludió el Señor Jesús, no parece decididamente claro, como para determinar de quién es el juicio correcto en medio de las diversas opiniones que se han formado al respecto. Algunos han concebido que se trataba de la obra de Dios Espíritu Santo, Isaías 4:4 ; Malaquías 3:2 .

Y otros lo refieren a la persecución consecuente que siguió a la predicación de Cristo: y concluyen que las palabras de Jesús así lo explican. Y en relación con el bautismo del que habla Jesús, ha surgido igual dificultad, en el punto de la determinación. No podía significar el bautismo de agua, porque Cristo había pasado por esto. Ninguno del Espíritu Santo, porque Jesús estaba lleno del Espíritu Santo, Lucas 4:1 .

La marea general de comentaristas corre en la suposición de que se refirió a los sufrimientos de nuestro Señor. Pero confieso que no me sorprende desde ese punto de vista; porque ¿qué fue la vida entera de Jesús en la tierra más que un bautismo? si es así, de dolores y ejercicios. Pero dejo la decisión al Señor, solo rogando que observe, que si Jesús estaba tan angustiado por la realización de este bautismo, sea lo que sea, ¿cómo debe estar el pueblo del Señor en constante vigilancia y humilde espera? ; por los bautismos de Dios el Espíritu Santo?

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