• Habacuc 1:12

    — ¿Acaso no eres tú desde el principio, oh SEÑOR, Dios mío y Santo mío? ¡No moriremos! Oh SEÑOR, para juicio pusiste a los caldeos; tú, oh Roca, los has establecido para castigar.

  • Habacuc 1:13

    Eres demasiado limpio como para mirar el mal; tú no puedes ver el agravio. ¿Por qué, pues, contemplas a los traidores y callas cuando el impío destruye al más justo que él?

  • Habacuc 1:14

    »Permites que los hombres sean como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne.

  • Habacuc 1:15

    A todos saca con anzuelo; los atrapa en su red y los junta en su malla, por lo cual se alegra y se regocija.

  • Habacuc 1:16

    Por eso rinde sacrificios a su red y ofrece incienso a su malla; porque gracias a ellas incrementa su porción y hace suculenta su comida.

  • Habacuc 1:17

    Por eso sigue vaciando su red para volver a matar continuamente y sin piedad a las naciones.

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