• Isaías 1:22

    Tu plata se ha convertido en escoria; tu vino está adulterado con agua.

  • Isaías 1:23

    Tus magistrados son rebeldes y compañeros de ladrones; cada uno ama el soborno y va tras las recompensas. No defienden al huérfano ni llega a ellos la causa de la viuda.

  • Isaías 1:24

    Por tanto, dice Dios, el SEÑOR de los Ejércitos, el Fuerte de Israel: “¡Ah! Tomaré satisfacción de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos.

  • Isaías 1:25

    Volveré mi mano contra ti; te limpiaré de tus escorias como con lejía y quitaré toda tu impureza.

  • Isaías 1:26

    Luego restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como al comienzo. Y después serás llamada Ciudad de Justicia, Urbe Fiel”.

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