• Isaías 38:17

    He aquí, fue por mi bien que tuve gran amargura, pero tú libraste mi vida del hoyo de la destrucción, pues has echado tras tus espaldas todos mis pecados.

  • Isaías 38:18

    Porque el Seol no te agradecerá ni la muerte te alabará ampoco los que descienden a la fosa esperarán en tu fidelidad.

  • Isaías 38:19

    ¡El que vive, el que vive es el que te agradece, como yo lo hago ahora l padre da a conocer a los hijos tu fidelidad.

  • Isaías 38:20

    El SEÑOR ha prometido salvarme. Por tanto, tocaremos nuestras melodías en la casa del SEÑOR todos los días de nuestra vida.

  • Isaías 38:21

    Pues Isaías había dicho: “Tomen una masa de higos, y extiéndanla sobre la llaga, y sanará”.

  • Isaías 38:22

    Y Ezequías había dicho: “¿Qué señal tendré de que he de subir a la casa del SEÑOR?”.

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