• Isaías 51:17

    ¡Despierta! ¡Despierta! Levántate, oh Jerusalén, que de la mano del SEÑOR bebiste la copa de su furor y que bebiste hasta la última gota de la copa del vértigo.

  • Isaías 51:18

    Entre todos los hijos que ella dio a luz, no hay quien la guíe. Entre todos los hijos que crió, no hay quien la tome de la mano.

  • Isaías 51:19

    Estas dos cosas te han sobrevenido. ¿Quién se dolerá de ti? Te han sobrevenido la destrucción y la ruina, el hambre y la espada. ¿Quién te consolará?.

  • Isaías 51:20

    Tus hijos se han desmayado; como un antílope en una red, yacen tendidos en las esquinas de todas las calles, llenos de la ira del SEÑOR y de la reprensión de tu Dios.

  • Isaías 51:21

    Escucha, pues, esto, miserable y ebria, aunque no de vino.

  • Isaías 51:22

    Así ha dicho tu SEÑOR y Dios, tu Dios, quien contiende por su pueblo: “He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, la copa de mi ira. Nunca más tendrás que beberla.

  • Isaías 51:23

    La pondré en la mano de los que te atormentan, los que dicen a tu alma: ‘Póstrate para que pasemos’. Y tú pusiste tu espalda como tierra, y como calle para los que pasaban”.

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