• Isaías 52:2

    Despréndete del polvo; levántate y toma asiento, oh Jerusalén. Suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sion.

  • Isaías 52:3

    Porque así ha dicho el SEÑOR: “De balde fueron vendidos; por tanto, sin dinero serán rescatados”.

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