• Isaías 62:6

    Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardias. Jamás callarán ni en todo el día ni en toda la noche. ¡Los que hacen que el SEÑOR recuerde, no reposen!

  • Isaías 62:7

    Tampoco le den reposo, hasta que él restablezca a Jerusalén y haga de ella una alabanza en la tierra.

  • Isaías 62:8

    El SEÑOR juró por su mano derecha y por el brazo de su poder: “Nunca más daré tu trigo por comida a tus enemigos ni beberán los extranjeros del vino nuevo por el cual tú has trabajado.

  • Isaías 62:9

    Más bien, los que lo cosechen lo comerán, y alabarán al SEÑOR; y los que lo recolecten lo beberán en los atrios de mi santuario”.

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