• Job 31:29

    »¿Acaso me he alegrado por el infortunio del que me aborrece, o me regocijé cuando le alcanzó el mal?

  • Job 31:30

    Yo no he entregado mi boca al pecado pidiendo su vida con imprecación.

  • Job 31:31

    ¿Acaso los hombres de mi morada no decían: “No se podrá hallar a alguien que no se haya saciado con su carne”?

  • Job 31:32

    El forastero no pasaba la noche en la calle pues yo abría mis puertas al caminante.

  • Job 31:33

    ¿Acaso cual Adán he encubierto mis transgresiones escondiendo en mi seno mi iniquidad?

  • Job 31:34

    Pues estaba alarmado de la gran multitud y me atemorizaba el desprecio de las familias, de modo que callé y no salí a mi puerta…

Continúa después de la publicidad