• Salmo 69:3

    Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido. Mis ojos han desfallecido esperando a mi Dios.

  • Salmo 69:4

    Los que me aborrecen sin causa se han aumentado; son más que los cabellos de mi cabeza. Se han fortalecido mis enemigos que me destruyen sin razón. ¡He tenido que devolver lo que no había robado!

  • Salmo 69:5

    Oh Dios, tú conoces mi insensatez; mis pecados no te son ocultos.

  • Salmo 69:6

    No sean avergonzados por mi culpa los que esperan en ti, oh SEÑOR Dios de los Ejércitos. No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.

  • Salmo 69:7

    Por tu causa he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi cara.

  • Salmo 69:8

    He venido a ser extraño a mis hermanos y extranjero para los hijos de mi madre.

  • Salmo 69:9

    Pues el celo por tu casa me ha consumido, y las afrentas de los que te afrentan han caído sobre mí.

  • Salmo 69:10

    Me afligí a mí mismo con ayuno; también esto me ha servido de afrenta.

  • Salmo 69:11

    Además, me puse cilicio como vestido y llegué a servirles de refrán.

  • Salmo 69:12

    Hablaban contra mí los que se sentaban en el tribunal, y los borrachos cantaban canciones contra mí.

  • Salmo 69:13

    Sin embargo, oh SEÑOR, yo dirigía a ti mi oración en el tiempo de tu buena voluntad. Oh Dios, respóndeme por tu gran bondad, por la verdad de tu salvación.

  • Salmo 69:14

    Sácame del lodo; no sea yo sumergido. Sea yo librado de los que me aborrecen y de las profundidades de las aguas.

  • Salmo 69:15

    No me arrastre la corriente de las aguas; no me trague el abismo, ni la fosa cierre su boca sobre mí.

  • Salmo 69:16

    Escúchame, oh SEÑOR, porque buena es tu misericordia. Mírame conforme a tu inmensa compasión.

  • Salmo 69:17

    No escondas tu rostro de tu siervo porque estoy angustiado; apresúrate a escucharme.

  • Salmo 69:18

    Acércate a mi alma y redímela; líbrame a causa de mis enemigos.

  • Salmo 69:19

    Tú conoces mi afrenta, mi confusión y mi oprobio. Delante de ti están todos mis enemigos.

  • Salmo 69:20

    La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé que alguien se compadeciera de mí, y no hubo quién. Busqué consoladores, y no hallé ninguno.

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