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Masquil de Asaf. Escucha, oh pueblo mío, mi ley; inclinen ustedes su oído a las palabras de mi boca.
             
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Abriré mi boca en parábolas; evocaré las cosas escondidas del pasado,
             
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las cuales hemos oído y entendido, porque nos las contaron nuestros padres.
             
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No las encubriremos a sus hijos. A la generación venidera contaremos las alabanzas del SEÑOR, y de su poder y de las maravillas que hizo.
             
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Él estableció su testimonio en Jacob y puso la ley en Israel. Mandó a nuestros padres que lo hicieran conocer a sus hijos
             
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para que lo supiera la generación venidera y sus hijos que nacieran, para que los que surgieran lo contaran a sus hijos,
             
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para que pusieran en Dios su confianza y no se olvidaran de las obras de Dios, a fin de que guardaran sus mandamientos;
             
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para que no fuesen como sus padres: una generación porfiada y rebelde, una generación que no dispuso su corazón, ni su espíritu fue fiel para con Dios.
             
            
    
    
    
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