• Santiago 4:4

    ¡Gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios.

  • Santiago 4:5

    ¿O suponen que en vano dice la Escritura: El Espíritu que él hizo morar en nosotros nos anhela celosamente?

  • Santiago 4:6

    Pero él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.

  • Santiago 4:7

    Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.

  • Santiago 4:8

    Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores y purifiquen su corazón, ustedes de doble ánimo.

  • Santiago 4:9

    Aflíjanse, lamenten y lloren. Su risa se convierta en llanto, y su gozo en tristeza.

  • Santiago 4:10

    Humíllense delante del Señor, y él los exaltará.

  • Santiago 4:11

    Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si tú juzgas a la ley, entonces no eres hacedor de la ley sino juez.

  • Santiago 4:12

    Hay un solo Dador de la ley y Juez quien es poderoso para salvar y destruir. Pero ¿quién eres tú que juzgas a tu prójimo?

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