Pero Dios le da el cuerpo como quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.

Como le ha placido - en la creación, cuando le dio a cada una de las (clases de) semillas (así el griego es "a cada semilla") un cuerpo propio ("según su especie", adecuado a su especie). Así Dios dará a los bienaventurados en la resurrección su propio cuerpo, como le agrada a Él y es adecuado a su estado glorificado: un cuerpo especial para el individuo, sustancialmente el mismo que el sembrado.

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