Y me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob, en el nombre de Dios Todopoderoso, pero en mi nombre JEHOVÁ no fui conocido de ellos.

Yo soy el Dios Todopoderoso. Todos los enemigos deben caer, todas las dificultades deben desvanecerse ante mi poder omnipotente, y los patriarcas tuvieron abundantes pruebas de ello.

Pero por mi nombre...  más bien, interrogativamente, ¿por mi nombre Yahweh no fui conocido por ellos? ¿No soy yo, el Dios Todopoderoso que comprometió mi honor para el cumplimiento del pacto, también el Dios autoexistente que vive para cumplirlo? Tengan la seguridad, por tanto, de que lo haré realidad. Este pasaje ha ocasionado mucha discusión.

Muchos alegan que la aparición del nombre Yahweh, en las primeras porciones de la historia, es proléptica; y se ha pensado dar a entender que, como el nombre Yahweh no era conocido por los patriarcas, al menos en su pleno significado o experiencia práctica, el honor de la revelación estaba reservado a Moisés, quien fue el primero enviado con un mensaje en el nombre de Yahvé, y capacitado para atestiguarlo por una serie de milagros públicos.

Pero este punto de vista se opone a ( Éxodo 3:14 ; Éxodo 3:16 ; Éxodo 5:1 ), de donde parece que el nombre Yahweh ya era de uso común. Y como El, Dios se introdujo con frecuencia en la formación de nombres propios en las épocas patriarcales, como Moriah, Abiah ( 1 Crónicas 7:8 ) y Jocabed.

El uso del nombre Yahweh ahora por parte de Dios mismo de una manera tan especial, debe ser considerado con referencia al pacto nacional que estaba a punto de celebrar con Israel ( Éxodo 6:7 ). En las circunstancias de opresión y de agobiante servidumbre en que se encontraba ese pueblo, el nombre El Shaddai, Dios Todopoderoso, podría suponerse el más apropiado, calculado por Su brazo omnipotente interponiéndose en su favor, para inspirar las más brillantes esperanzas de liberación.

Pero por la expresión, "Mi nombre Yahweh", se dio a entender que ahora iba a haber una revelación de todo el propósito de Dios, una manifestación de la naturaleza divina más plenamente que cualquier despliegue de poder, por glorioso o irresistible que fuera. Dios en Su carácter de Yahweh cumpliría así aquellas promesas en las que se basó la fe desde el principio; y como tal Él sería más plenamente reconocido en el futuro (cf. Éxodo 3:15 ; Salmo 135:13 ; Oseas 12:5 ) (Macdonald's 'Pent., 1:, p. 180).

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