Y cuando les hubieron puesto muchos azotes, los echaron en la cárcel, encargando al carcelero que los guardara con seguridad.

Y cuando les hubieron puesto muchos azotes , cuyas heridas sangrantes no fueron lavadas hasta que las hizo el carcelero convertido, "los echaron en la cárcel, encargando al carcelero que los guardara a salvo:"

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