Volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.

Estaba volviendo. Después de haber llegado tan lejos, no solo permaneció durante los días de la festividad, sino que prolongó su estadía hasta ahora. Habla mucho de su fidelidad y valor para su real señora que tuviera tal libertad. Pero la fe en Yahveh y el amor a su adoración y palabra, con los cuales estaba imbuido, explican suficientemente esto.

Y sentado en su carruaje leyó a Isaías el profeta - Sin lugar a dudas, en la traducción griega, llamada la Septuaginta, Olshausen, al asumir que estaba leyendo en el hebreo original, concluye de esto que era judío de nacimiento. Pero además de que el historiador no dice nada sobre el idioma de la copia que usaba, toda la descripción da la impresión de que era un etíope pagano por nacimiento. No contento con los servicios estatutarios en los que participaba, alivia el tedio del viaje de regreso leyendo las Escrituras. Pero eso no es todo, porque como Felipe "oyó que leía al profeta Isaías", debe haber estado leyendo en voz alta; y aunque era costumbre, como todavía lo es, en el Oriente leer en voz alta, dado que incluso Felipe pudo escucharlo, lo más probable es que estuviera leyendo no solo para su propio beneficio, sino también para el de su auriga.

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