Y habló con denuedo en el nombre del Señor Jesús, y disputó contra los griegos; pero ellos se dispusieron a matarlo.

Y habló con denuedo en el nombre del Señor Jesús, y disputó contra los griegos , los judíos helenísticos o de habla griega (ver la nota en). Parece haber dirigido especialmente sus discursos a esta clase por ser él mismo uno de ellos y, en los días de su ignorancia, notorio por su virulencia contra la nueva Fe.

Pero estuvieron a punto de matarlo. Así se le hizo sentir, a lo largo de toda su carrera cristiana, lo que él mismo había hecho sentir a otros con tanta crueldad: el costo del discipulado.

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