Ahora Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.

Ahora Jesús amaba a Marta, a su hermana ya Lázaro. ¡Que foto! uno que en cada época ha atraído la admiración de toda la Iglesia cristiana. No es de extrañar que aquellos escépticos que han criticado tan lastimosamente el sistema ético del Evangelio, por no incluir las amistades privadas en la lista de sus virtudes, hayan sido referidos a la consideración especial del Salvador por esta familia, como una refutación triunfal, si tal fuera necesario.

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