Díce la mujer: Señor, no tienes con qué sacar, y el pozo es profundo; ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?

Díce la mujer: Señor, no tienes con qué sacar, y el pozo es profundo; ¿de dónde , pues, tienes el agua viva? Este es el lenguaje de quien, aunque sorprendido por lo que se le dijo, vio que debía tener algún significado, y trató de llegar al fondo con esta pregunta.

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