Todos los caminos del hombre son limpios a sus propios ojos; mas Jehová pesa los espíritus.

Todos los caminos del hombre son limpios a sus propios ojos: pero el Señor pesa los espíritus.

Él solo es el Juez si los caminos de un hombre son tan limpios como el hombre mismo los piensa ( 1 Corintios 4:4 ). Tendemos a ser ciegos a nuestras propias faltas, con ojos de lince a las de los demás. "El Dios de los espíritus de toda carne", pesa en la balanza exacta de su juicio las inclinaciones, intenciones y habilidades de los hombres, de modo que muchos de los caminos de los hombres, que les parecen rectos, no lo son a sus santos ojos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad