Ezequiel 21:1-32

1 Entonces vino a mí la palabra del SE — OR, diciendo:

2 “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia Jerusalén; predica contra los santuarios y profetiza contra la tierra de Israel.

3 Dirás a la tierra de Israel que así ha dicho el SEÑOR: ‘He aquí que yo estoy contra ti; sacaré mi espada de su vaina y eliminaré de ti al justo y al impío.

4 Por cuanto he de eliminar de ti al justo y al impío, por eso mi espada saldrá de su vaina contra todo mortal, desde el Néguev hasta el norte.

5 Y sabrá todo mortal que yo, el SEÑOR, he sacado mi espada de su vaina; no volverá a ella’.

6 “Y tú, oh hijo de hombre, gime con quebrantamiento de corazón; gime con amargura ante sus ojos.

7 Y sucederá que cuando te digan: ‘¿Por qué gimes?’, les dirás: ‘Por la noticia que viene, porque todo corazón desfallecerá y todas las manos se debilitarán. Todo espíritu desmayará, y todas las rodillas se escurrirán como agua. ¡He aquí que viene, y va a suceder!’”, dice el SEÑOR Dios.

8 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

9 “Oh hijo de hombre, profetiza y di que así ha dicho el Señor: ‘¡La espada, la espada está afilada y pulida también!

10 Está afilada para realizar una matanza, pulida para que tenga resplandor. ¿Hemos de alegrarnos cuando el cetro de mi hijo menosprecia todo consejo?

11 Él la entregó para ser pulida y para tomarla en la mano. Ha afilado la espada; la ha pulido para entregarla en manos del verdugo’.

12 Grita y gime, oh hijo de hombre, porque ella está contra mi pueblo; ella está contra todos los gobernantes de Israel. Ellos, juntamente con mi pueblo, son arrojados a la espada; por tanto, golpea tu muslo.

13 Porque será probado, ¿y qué si ella aún desprecia al cetro? ¡Él dejará de ser!, dice el SEÑOR Dios.

14 Tú, pues, oh hijo de hombre, profetiza y golpea mano contra mano, y la espada se duplicará y se triplicará. Esta es la espada de la matanza. Esta es la espada de la gran matanza, que los traspasará,

15 para que se derrita su corazón y se multipliquen los caídos. En todas las puertas de ellos he puesto el degüello a espada. ¡Ay! Está hecha para resplandecer, y pulida para degollar.

16 Agúzate; dirígete a la derecha; ponte a la izquierda. Pon tu rostro hacia donde están dirigidos tus filos.

17 Yo también golpearé mano contra mano y haré que se asiente mi ira. Yo, el SEÑOR, he hablado”.

18 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:

19 “Tú, oh hijo de hombre, traza dos caminos por donde pueda ir la espada del rey de Babilonia. Ambos caminos han de salir de la misma tierra. Pon al comienzo de cada camino una señal que conduzca a la ciudad.

20 Señala el camino por donde vaya la espada contra Rabá de los hijos de Amón, y contra Judá y la fortificada Jerusalén.

21 Porque el rey de Babilonia se ha detenido en la encrucijada, al comienzo de los dos caminos, para tomar consejo de adivinación. Ha sacudido las flechas, ha consultado por medio de los ídolos domésticos y ha observado el hígado.

22 “La adivinación señala a la derecha, a Jerusalén, para poner arietes, para abrir la boca con griterío, para levantar la voz con grito de guerra, para poner arietes contra las puertas y para levantar terraplenes y construir muros de asedio.

23 Sin embargo, a sus ojos eso parecerá una adivinación mentirosa, por estar aliados con ellos bajo juramento. Pero él traerá a la memoria la ofensa, a fin de prenderlos.

24 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘Serán atrapados en sus manos, porque han hecho recordar sus ofensas, poniendo al descubierto sus transgresiones, quedando a la vista sus pecados en todas sus obras. Porque han sido traídos a la memoria, serán apresados por su mano’.

25 “Y tú, profano y malvado gobernante de Israel, cuyo día ha llegado con el tiempo del castigo final,

26 así ha dicho el SEÑOR Dios: ‘¡Despójate del turbante y quítate la corona! ¡Esto no será más así! Hay que enaltecer al humilde y humillar al altivo’.

27 ¡En ruinas, en ruinas, en ruinas la convertiré, y no existirá más, hasta que venga aquel a quien le pertenece el derecho; y a él se lo entregaré!

28 “Y tú, oh hijo de hombre, profetiza y di que así ha dicho el SEÑOR Dios acerca de los hijos de Amón y de sus afrentas. Dirás: ‘¡La espada, la espada está desenvainada para la matanza, pulida para exterminar y para resplandecer!

29 Porque cuando te profetizan, es vanidad; cuando adivinan, es mentira; para ponerte junto con los cuellos de los más pervertidos de los pecadores, cuyo día ha llegado con el tiempo del castigo final.

30 ¿Ha de volver a su vaina? En el lugar donde fuiste creado, en tu tierra de origen, allí te juzgaré.

31 Derramaré sobre ti mi indignación, soplaré el fuego de mi ira contra ti y te entregaré en manos de hombres brutales, artífices de destrucción.

32 Serás combustible para el fuego; tu sangre quedará en medio de la tierra. No habrá más memoria de ti, porque yo, el SEÑOR, he hablado’ ”.

CAPITULO 21

Vv. 1-32. PROFECIA CONTRA ISRAEL Y JERUSALEN, Y CONTRA AMMON.

2. los santuarios—las tres partes del templo: los patios, el lugar santo y el lugar santísimo. Si existían “sinagogas” antes del cautiverio babilónico, como parece indicar el Salmo 74:8, ellas y los oratorios (“proseuchae”) pueden incluírse entre “los santuarios”. o “lugares santos” de este versículo.

3. al justo y al impío—no contradictorio del cap. 18:4, 9, y Génesis 18:23. Ezequiel aquí contempla el aspecto meramente externo de la universalidad general de la calamidad nacional. Pero en realidad el mismo cautiverio al “justo” resultaría una bendición como disciplina saludable, pero al “injusto” sería un castigo duro. Los piadosos eran sellados con una marca (cap. 9:4), no para ser eximidos exteriormente de la calamidad común, sino como señalados para las interposiciones secretas de la providencia que dominaría el mal para el bien de ellos. Los justos eran, en comparación, tan pocos, que la salvación de ellos aquí no salta a la vista, sino la universalidad del juicio.

4. La “espada” no mató, literalmente, a todos; pero los juicios de Dios, por medio del enemigo, pasaron por toda la tierra “desde el mediodía hasta el aquilón”.

6. con quebrantamiento de lomos—como uno afligido con la pleuresía; o como mujer en dolores de parto, agarra los lomos en el dolor, y palpita y suspira, hasta que “se desate el cinto de los lomos” por la acción violenta del cuerpo (Jeremias 30:6).

7. Las cláusulas abruptas y repeticiones lúgubres dan a entender emociones violentas.

9. La espada—es decir, de Dios (Deuteronomio 32:41). Los caldeos son su instrumento.

10. Para degollar víctimas—lit., “que matando mate”. acicalada—lit., “resplandeciente como el relámpago”; infundiendo terror al enemigo. ¿Hemos de alegrarnos?—no es momento para la liviandad, cuando amenaza semejante calamidad (Isaías 22:12). A la vara de mi hijo viene menospreciando—La espada no tiene más respeto por la “vara” trivial o cetro de Judá (Génesis 49:10), como si fuera cualquier “árbol” común. “Arbol” es la figura retenida desde el cap. 20:47, explicada en el cap. 21:2, 3. Dios llama a Judá “mi hijo” (véase Éxodo 4:22; Oseas 11:1). Fairbairn arbitrariamente traduce: “Acaso el cetro de mi hijo se regocija; (la espada) desprecia todo árbol.”

11. del matador—el rey babilónico en este caso; en general, todos los instrumentos de la ira de Dios (Apocalipsis 19:15).

12. Temores de espada, etc.—más bien, “Ellos (los príncipes) son entregados a la espada junto con mi pueblo.” [Glassio.] hiere el muslo—señal de pesar (Jeremias 31:19).

13. está probado—más bien, “se está haciendo una prueba”: la espada de Jehová someterá a todos a la prueba. “¿Qué, si la espada desprecia aún el cetro” de Judá? Véase en cuanto a azote similar de prueba rigurosa, Job 9:23. El no será más—el cetro, es decir, el estado, necesariamente llegará a su fin. Cumplido en parte en la derrota de Jerusalén por Nabucodonosor, pero completamente en el tiempo de la venida de “Shiloh” (el Mesías) (Génesis 49:10), cuando la Judea llegó a ser provincia romana.

14. bate una mano con otra—(Números 24:10), indicativo de la furia indignada con que Dios “batirá” al pueblo. dóblese la espada la tercera vez—refiriéndose a la triple calamidad: 1. La prisión de Sedequías (a quien se refiere la “vara” o cetro); 2. La toma de la ciudad; 3. El traslado de todos los que quedaban con Gedalías. “Dóblese” quiere decir “multiplicada” o “repetída”. El golpe será duplicado y aun triplicado. espada de muertos—es decir, por la cual son muertos. Como el hebreo es singular, Fairbairn hace que se refiera al rey, “la espada del grande que es muerto”. los penetrará—(Jeremias 9:21). La espada los alcanzará, no sólo en el campo de batalla sino en las cámaras a donde huirán a esconderse (1 Reyes 20:30; 1 Reyes 22:25). Maurer traduce, “que los sitió”; Fairbairn, “que penetra hasta ellos”.

15. espanto de espada—“el resplandor revolviente de la espada”. [Fairbairn.] “La espada desnuda”. [Henderson.]

16. Apóstrofe a la espada. Ponte a una parte—o, “concéntrate”; “une tus fuerzas a la derecha”. [Grocio.] Se le manda la espada que tome la ruta más cercana a Jerusalén, “hacia donde tu rostro se determinare”, sea al sur o al norte (“la derecha o la izquierda”), según donde se hallen las varias partes de la hueste caldea. ponte a la diestra … siniestra—más bien, “ponte a la izquierda”. Los verbos son elegidos acertadamente. La principal “concentración” de fuerzas habia de estar “a la derecha”, o al sur, la parte de Judea en que estaba Jerusalén y que estaba al sur en la marcha desde Babilonia, mientras que las fuerzas caldeas, avanzando sobre Jerusalén desde Egipto, de que Jerusalén estaba al norte, eran menos, y por lo tanto “ponte” es el verbo usado.

17. Jehová mismo bate las manos, haciendo lo que mandó que hiciera Ezequiel (Nota v. 14), en señal de que él heria a Jerusalén; véase la acción simbólica similar (2 Reyes 13:18). haré reposar mi ira—le daba desahogo completo, y así la satisfizo (cap. 5:13).

19. dos caminos—El rey yendo desde Babilonia, se representa en el estilo gráfico de Ezequiel como llegando al punto donde el camino se dividía en dos sentidos: un ramal que llevaba hacia el sur, por vía de Tadmor o Palmira, a Rabbath de Ammón, al este del Jordán; el otro hacia el norte, por vía de Ribla en Siria, a Jerusalén, vacilando qué camino tomar. Se le dice a Ezequiel, “señálate dos caminos” (como en el cap. 4:1), porque Nabucodonosor, aunque no conocía otro diretivo que su propia voluntad y la superstición, en realidad tenía “señalado” su camino por el Dios que todo lo gobierna. de una misma tierra—es decir, de Babilonia. echa mano—Fairbairn traduce: “haz un poste indicador”, es decir, al principio de los dos caminos, la mano señalando a Nabucodonosor el camino a Jerusalén como el camino que debería elegir. Se le dijo a Ezequiel que “eligiera el lugar”, donde Nabucodonosor haría así como se relate en los vv. 20, 21; tan enteramente ordena Dios por el profeta cada detalle de lugar y tiempo en los movimientos del invasor.

20. Rabha de los hijos de Ammón—distinta de Rabba en Judá (2 Samuel 12:26). Se pone primero a Rabba, como era de ella que Jerusalén, aquella ciudad condenada, había pedido muchos de sus ídolos. a Judá contra Jerusalem—en vez de decir simplemente “a Jerusalén”, para dar a entender que la espada había de venir no sólo a Judá sino a su pueblo dentro de Jerusalén, aunque era “fuerte”, sus defensas en que confiaban los judíos, no excluirían al enemigo.

21. en una encrucijada—lit., “madre del camino”. Como “principio de dos caminos” sigue, lo que parece una tautología después de “encrucijada”, Havernick traduce, según el idiotismo árabe, “el camino real”, o “camino principal”. Nuestra versión no es tautologia, como “principio de dos caminos” aclara aun más “encrucijada”. acicaló—más bien, “sacudió”, de una raíz árabe. saetas—Adivinación por medio de saetas se indica aquí: se ponían en una aljaba, marcadas con los nombres de los lugares que habían de ser atacados, y entonces eran sacudidas para entreverarlas; la que saliera primero indicaba el lugar escogido para ser atacado primero. [Jerónimo.] La misma costumbre existía entre los árabes, y se menciona en el Corán. En las esculturas de Nínive, se representa al rey con una copa en la mano derecha, y su izquierda apoyada en un arco; también con dos flechas en la derecha y un arco en la izquierda, probablemente practicando la adivinación. ídolos—Hebreo, “terafim”; dioses caseros, adorados como talismán de familia, para tener direcciones en cuanto a lo futuro y otras bendiciones. Son mencionados por primera vez en Mesopotamia, de donde Raquel los traía (Génesis 31:19, Génesis 31:34); rechazados por Jacob (Génesis 35:4); instituídos por Micás como dioses domésticos (Jueces 17:5); denunciados como idolatría (1 Samuel 15:23, Hebreo; véase Malaquías 10:2). hígado—ellos calculaban el éxito o el fracaso de una empresa según el estado sano o malsano del hígado e intestinos de los sacrificios.

22. Más bien, “En su mano derecha estaba la adivinación”, es decir, levantaba en su derecha la flecha marcada “Jerusalén”, para alentar al ejército a marchar contra ella. capitanes—en el margen se lee “arietes”, lección adoptada por Fairbairn, pero es menos apropiada, porque “ingenios contra las puertas” viene en seguida. [Grocio.] abrir la boca a la matanza—mandando la matanza; levantando el grito de guerra hasta la muerte. No como Gesenio “a abrir la boca con el grito de guerra”.

23. A los judíos, aunque crédulos en las adivinaciones cuando les salen favorables, la adivinación de Nabucodonosor “seráles como mentirosa”. mentirosa en sus ojos—Esto da la explicación de por qué los judíos se creían a salvo de los caldeos, es decir, “por estar juramentados con ellos” en alianza, olvidándose de que ellos habían violado el juramento (cap. 17:13, 15, 16, 18). mas élNabucodonosor se acordará al consultar a sus ídolos de que juró a Sedequías por ellos, pero que Sedequías violó la alíanza. [Grocio.] Más bien, Dios se acordará contra ellos (Apocalipsis 16:19) de que violaron el juramento jurado en nombre del Dios verdadero, mientras que Nabucodonosor fué fiel a su juramento en nombre de un dios falso; el v. 24 confirma esto.

24. Su infidelidad a Nabucodonosor era típica de su infidelidad general a su Dios con quien habían pactado. tomados a mano—tomado por la mano del rey de Babilonia.

25. profano—como había profanado por la idolatría y ese perjurio a su dignidad como el ungido de Jehová. Havernick traduce, como en el v. 14 “muerto”, no literalmente, sino virtualmente; en la opinión idealista de Ezequiel, Sedequías era la gran víctima “taladrada” por la espada del juicio de Dios, así como sus hijos fueron muertos delante de sus ojos, los que fueron en seguida cegados, y él fué llevado cautivo en cadenas a Babilonia. en el tiempo de la consumación de la maldad—(v. 29). Cuando tu maldad, habiendo llegado a la última etapa de culpabilidad, será terminada por el juicio (cap. 35:5).

26. tiara—más bien, “la mitra” del santo sacerdote (Éxodo 28:4; Malaquías 3:5). Su emblema sacerdotal como representante del pueblo sacerdotal. La mitra, como también la “corona”, emblema del reino, habían de ser quitadas, hasta cuando fuesen restauradas y unidas en el Mediador, el Mesías (Salmo 110:2. Salmo 110:4; Malaquías 6:13). [Fairbairn.] Pero que se refiere sólo a Sedequías, y no al sumo sacerdote también, en el contexto, es apoyado por Gesenio. ésta no será más ésta—la tiara no será lo que era antes. [Fairbairn.] al bajo alzaré, y al alto abatiré—no se expresa una verdad general (Proverbios 3:34; Lucas 1:52; Santiago 4:6; 1 Pedro 5:5); se refiere al Mesías y a Sedequías contrastados entre sí. El “renuevo de tierra seca” (Isaías 53:2) ha de ser “exaltado” finalmente (v. 27); el ahora “alto” representante en el trono de David, Sedequías, ha de ser “abatido”. Las relaciones externas de las cosas estarán obligadas a cambiarse de lugar, en justo desagravio sobre el pueblo por haber pervertido tanto las relaciones morales de las cosas. [Hengstenberg.]

27. Lit., “un trastorno, trastorno, trastorno haré.” La triple repetición indica la terrible certidumbre del acontecimiento; no como explica Rosenmuller, la derrota de los tres, Joaquin, Jeconías y Sedequías; porque se refiere sólo a Sedequías. no será ésta más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho—un paralelo sorprendente con Génesis 49:10. En ninguna parte habrá descanso ni permanencia; todas las cosas estarán en cambio, hasta que venga quien, como heredero legítimo, restaurará el trono de David, el cual cayó con Sedequías. El hebreo por “derecho” es “juicio”, ello tal vez incluya, además del derecho a reinar, la idea de que su reinado será en justicia (Salmo 72:2; Isaías 9:6; Isaías 11:4; Apocalipsis 19:11). Otros (Nabucodonosor. etc.). quienes ejercían el gobierno de la tierra. a ellos delegado por Dios, abusaron de él por injusticia, y por lo tanto perdieron título al “derecho”. El que ha de venir, tiene el “derecho” más legítimo al gobierno, y lo ejercita en “justicia”. Es verdad que el “cetro” tribal continuó con Judá “hasta que vino Shiloh” (Génesis 49:10); pero no había cetro real hasta que vino el Mesías, como el rey espiritual (Juan 18:36); este reino espiritual está por pasar al reino literal, personal, sobre Israel en su segunda venida, cuando, y no antes, esta profecía tendrá su cumplimiento completo (Lucas 1:32; Jeremias 3:17; Jeremias 10:7; “A ti compete esto”).

28. Para que no piense escaparse Ammón, porque Nabucodonosor había tomado el camino a Jerusalén. Ezequiel denuncia juicio contra Ammón. con la perspectiva de una restauración tal como la que esperaba Israel. Jeremias 49:6, es verdad, habla de “tornar la cautividad de los hijos de Ammón”, pero esto se refiere probablemente a su restauración espiritual bajo el Mesías, o si se refiere a ella políticamente, tendrá que referirse sólo a una restauración parcial en la derrota de Babilonia bajo Ciro. su oprobio—Este constituía el aspecto principal de su culpa; ellos trataron con desprecio soberbio al pueblo del pacto, después de al toma de Jerusalén por Nabucodonosor (cap. 25:3, 6; Sofonías 2:9. Sofonías 2:10), y se apropiaron del territorio de Israel (Jeremias 49:1; Amós 1:13). acicalada para consumir—Maurer puntúa así: “La espada desenvainada para la matanza está acicalada para devorar”. Cinco años después de la caída de Jerusalén. Ammón fué destruido por ayudar a Ismael a usurpar el gobierno de Judea contra la voluntad del rey de Babilonia (2 Reyes 25:25; Jeremias 41:15). [Grocio.]

29. profetizan vanídad, adivínante mentira—Ammón también tenía adivinos falsos que los adulaban con promesas de seguridad; el único resultado de lo cual será “traer a Ammón con los cuellos”, etc., es decir, agregar los ammonitas a los cadáveres sin cabeza de los muertos de Judá, cuyo ejemplo malo Ammón había seguido, y “cuyo dia” de visitación por su culpa “vino”. en tiempo de la consumación de la maldad—véase Nota, v. 25.

30. ¿Tornaréla a su vaina?—es decir, sin destruir primeramente a Ammón. Claro que no (Jeremias 47:6). Otros menos correctamente leen como imperativo: “Tórnala a su vaina”, después que haya terminado la obra a ella encomendada. en la tierra donde has vivido—Ammón no había de ser llevado cautivo como Judá, mas perecería en su propia tierra.

31. haré encender sobre ti—más bien, “soplaré sobre ti con fuego”, etc. Figura tomada del horno de fundición (cap. 22:20, 21). temerarios—feroces. artífices de destrucción—haciendose alusión a Isaías 54:16.

32. tu sangre será—correrá. no habrá más memoria de ti—como nación será entregada al olvido.

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