Job 39:1-30

1 »¿Conoces tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿Has observado el parto de las gacelas?

2 ¿Has contado los meses que cumplen? ¿Conoces el tiempo cuando han de parir?

3 Se encorvan, expulsan sus crías y luego se libran de sus dolores.

4 Sus hijos se fortalecen y crecen en campo abierto; luego se van y no vuelven más a ellas.

5 »¿Quién dejó libre al asno montés? ¿Quién soltó las ataduras del onagro?

6 Yo puse el Arabá como su casa, y las tierras saladas como su morada.

7 Se burla del bullicio de la ciudad; no escucha los gritos del arriero.

8 Explora los montes tras su pasto, y busca todo lo que es verde.

9 »¿Consentirá en servirte el toro salvaje y pasar la noche junto a tu pesebre?

10 ¿Atarás al toro salvaje con coyundas para el surco? ¿Rastrillará los valles tras de ti?

11 ¿Confiarás en él por ser grande su fuerza y descargarás sobre él el peso de tu labor?

12 ¿Crees que él ha de regresar para recoger el grano de tu era?

13 »Se agitan alegremente las alas del avestruz; ¿pero acaso sus alas y su plumaje son los de la cigüeña?

14 Porque ella abandona sus huevos en la tierra, y sobre el polvo los deja calentarse.

15 Y se olvida de que un pie los puede aplastar o que los animales del campo los pueden pisotear.

16 Trata con dureza a sus hijos, como si no fueran suyos, sin temor de que su trabajo haya sido en vano.

17 Es que Dios le hizo olvidar la sabiduría y no le repartió inteligencia.

18 Pero cuando levanta las alas para correr se ríe del caballo y del jinete.

19 »¿Diste bravura al caballo? ¿Engalanaste de crines su cuello ? 20 ¿Lo harás brincar como a una langosta? El resoplido de su nariz es temible.

20

21 Escarba en el valle y se regocija con fuerza; sale al encuentro de las armas.

22 Se ríe del miedo y no se espanta; no vuelve atrás ante la espada.

23 Sobre él resuenan la aljaba, la hoja de la lanza y la jabalina.

24 Con estrépito y furor devora la distancia y no se detiene aunque suene la corneta.

25 Relincha cada vez que suena la corneta y desde lejos olfatea la batalla, la voz tronadora de los oficiales y el grito de guerra.

26 »¿Es por tu inteligencia que el halcón emprende el vuelo y extiende sus alas hacia el sur?

27 ¿Es por tu mandato que el águila se eleva y pone en lo alto su nido?

28 En las peñas habita y pernocta en la cumbre de la peña, en lugar inaccesible.

29 Desde allí acecha la presa; sus ojos la observan de muy lejos.

30 Luego sus polluelos chupan la sangre. Donde haya cadáveres, allí estará ella.

CAPITULO 39

1. (La Versión Inglesa comienza el cap. 39 con el v. 4, “¿Sabes …” TRA.) Desde éste hasta el v. 33, se trata de los instintos de animales. ¿Eres tú el que le diste instinto de cazar la presa? (Salmo 104:21). hambreLit., vida: la que depende del hambre, o mejor, apetito (Salmo 33:20).

2. acechar—a la presa (Salmo 10:9).

3. Lucas 12:24; La transición de la noble leona hasta el cuervo graznador. Aunque al hombre repugna, como mal agüero, Dios cuida de él, así como de todas sus criaturas.

4. Aun las fieras, alejadas de todo cuidado del hombre, gozan el cuidado de Dios en sus tiempos de mayor necesidad. Su instinto viene directamente de Dios, y las dirige a socorrerse en tiémpo del parto: ocasión misma cuando el ganadero tiene el mayor cuidado de su ganado. cabras monteses—El íbice (Salmo 104:18; 1 Samuel 24:3). ciervas—cervatos; los animales más tímidos e indefensos, pero cuidados por Dios.

5. Paren con toda facilidad, y no necesitan calcular los meses de preñez, como el pastor en caso de sus rebaños.

6. Encórvanse—en la obra de parir; caen de rodillas (1 Samuel 4:19). SalirLit., hacen que la cría abra la matriz y salga. dolores—su cría, la causa de sus dolores momentáneos.

7. sanos—En buena condición, crecen fuertes. con el pasto—Más bien, en el campo, sin el cuidado del hombre. no vuelven—Siendo capaces para cuidar de sí mismos.

8. asno montés—Dos palabras hebreas distintas se usan aquí por el mismo animal, el asna de los bosques, y el asna salvaje. (Nota,1 Samuel 6:5; 1 Samuel 11:12; 1 Samuel 24:5; Jeremias 2:24.) soltó sus ataduras—dióles libertad. El hombre puede robar la libertad a los animales, pero no darles, como Dios, la libertad, junto con la subordinación de leyes fijas.

9. estérilesLit., sal, eso es, infructuosos. (Así la marginal, Salmo 107:34.)

10. multitud—Más bien, el ruido: no le hace caso, estando lejos del vaivén en la libertad del desierto. arriero—que arrea con látigo al asno doméstico. El asno montés es símbolo en oriente de la libertad no ingobernada. Aun a reyes se les ha aplicado este nombre.

11. lo ocultoLit., el escudriñar, lo que encuentra con buscar

12. unicornio—Plinio, Historia Natural 8:21, menciona tal animal; su figura se halla dibujada en las ruinas de Persépolis. El hebreo “reem” da la idea de altivez y poder (cf. Ramah, el índico Ram, el latino Roma). El rinoceronte es acaso el tipo original del unicornio. Al arábigo “rim” es un animal bicorne. A veces “unicornio” o reem no es sino un símbolo poético o una abstracción; pero el búfalo es el animal aquí referido, por el contraste con el buey doméstico, usado para arar (v. 13, 15). quedar—pasar la noche. pesebre—(Isaías 1:3.).

13. su coyunda—atádle a las guampas, o cuerna, pues su mayor fuerza está en la cabeza y los hombros. en pos de ti—obediente a ti; dispuesto a seguir, en lugar de ser picaneado o aguijoneado delante de ti.

14. labor—rústica; labranza.

15. simiente—la cosecha, producto (1 Samuel 8:15). era—Más bien, juntará el contenido de tu era; lugar de la trilla. (Maurer)

16. alas y plumas al avestruz—Más bien, “hermosas alas de la hembra del avestruz”; lit., el ave llorona; pues su nombre arábico significa canto; con referencia a sus gritos nocturnos,1 Samuel 30:29; Miqueas 1:8, que vibran gozosamente. ¿No son como las alas y plumas del ave piadosa (la cigüeña)? (Umbreit.) La vibrante ala temblorosa, que sirve a la vez de vela y remo, es característica del avestruz en pleno correr. Sus plumas de cola y alas blancas y negras son como las de cigüeña. Pero, desemejante a dicha ave, símbolo del amor paterno en el oriente, parece carecer de ese natural (“piadoso”) afecto, pues abandona a su cría. Ambas aves se denominan por nombres poéticos descriptivos en vez de sus usuales.

17. Pero (no como la cigüeña) desampara sus huevos. Por tanto los árabes la llaman la impía. Sin embargo, la verdad es que los pone con mucho cuidado y los empolla, como las demás aves; pero en países cálidos los huevos no necesitan de incubación constante; por tanto los deja, y a veces olvida el lugar al volver; además los huevos externos del nido son para alimento, y los da de comer a los pollitos; estos huevos, apartados en la arena, expuestos al sol, dieron origen a la idea de que ella los abandonaba del todo. Dios la describe tal cual ella parece al hombre; dando a entender que aunque parece fatuamente descuidar a su cría, en verdad es guiada por un instinto seguro de parte de Dios, tanto como los animales de instintos muy distintos.

19. Al menor ruido muchas veces abandona sus huevos y no vuelve, como si “se endureciese para con sus hijos”. su trabajo—de poner huevos haya sido en vano; sin embargo no se inquieta por ellos. Diferente de otras aves, si se le quita uno y otro huevo, seguirá poniendo hasta que se cumpla el número pleno.

20. sabiduría—tal como la que Dios da a otros animales, y al hombre (Miqueas 35:11). La parábola arábica es: “fatuo como el avestruz”. Sin embargo su aparente falta de sabiduría no es sin el propósito sapiente de Dios, aunque el hombre no lo echa de ver; así como en las pruebas de los piadosos, que a Job parecen ser tan irrazonables, hay escondido un sabio propósito.

21. Pese a sus deficiencias, ella tiene excelencias que la distinguen. se levanta—para correr; no puede volar por el aire. Gesenius traduce: se azota para su carrera batiendo las alas. Versiones más antiguas favorecen la Versión Inglesa, y el paralelo “búrlase” corresponde a “en alto” (arrogantemente).

22. La alusión al “caballo”, v. 21, sugiere la descripción de él. Los poetas árabes se deleitan en alabar al caballo; sin embargo no se le menciona entre las posesiones de Job (caps. 1 y 42). Parece que en aquel entonces se empleaban principalmente para fines guerreros más bien que para los domésticos. relincho—“trueno” (V. Inglesa): poéticamente por: “cerviz arqueada inspira temor cual trueno.” (Umbreit.) Más bien: “el ondulante crin tembloroso”, que corresponde al batir de alas (Nota v. 16) Maurer. Crin en el griego también es de una raíz que significa temor.

23. intimidarás—Más bien: “¿Puedes tú (como yo) hacerle saltar como langosta?” Así en Joel 2:4 la comparación es entre langostas y caballos de guerra. Las cabezas de ellas y ellos son tan parecidas que los italianos llaman cavaletta, “caballito”, a la langosta.

24. tierra—“el valle”, donde se hace la batalla. Sale—(Números 1:3; Números 21:23).

26. aljaba—por las saetas en la misma, que se dirigen “contra él”. hierro de la lanzalit., el brillo de la lanza, como “relámpago de la lanza” (Habacuc 3:11). pica—o jabalina.

27. escarbaLit., se traga: pateando de enojo e impaciencia, arrastra la tierra hacia sí, como si la tragara. El paralelismo enseña que tal es el sentido: no como Maurer: “se desliza por encima de ella”. sin importarle—Más bien, ni se queda quieto cuando (oye) el sonido de la bocina.

28. Antes como que dice—Mejor: “Dice”: poéticamente aplicado a su fogoso relincho, por el cual demuestra su amor a la batalla. huele—resoplando; discierne (marginal, Isaías 11:3). el grito—estentóreo.

29. El instinto, por el cual algunas aves migran a climas más cálidos en el invierno. El vuelo rápido peculiarmente caracteriza a todo el género del gavilán

30. águila—Remonta más que todas las aves; por tanto se le llama el ave de los cielos.

31. habita—en seguro (Salmo 91:1). habita en el mismo sitio casi por toda la vida. cumbreLit., diente (marginal, 1 Samuel 14:5). Roca—Ciudadela, fortaleza.

32. observan—el águila avista la presa desde una distancia asombrosa, más bien que localizarla por el olfato.

33. Citado en parte por el Señor Jesús (Mateo 24:28). El alimento de los aguilitos es la sangre de las víctimas traída por los padres, mientras son muy jóvenes para comer la carne. cadáveres—como el buitre se alimenta mayormente de cuerpos muertos, es probable que se le incluya en el género del águila.

34. (Aquí empieza el cap. cuarenta en la Versión Inglesa. Tra.) Respondió Jehová—después de una pausa, Job quedando callado.

35. el que disputa—Como Job muchas veces expresó el deseo de hacer. O bien, reprende. ¿Desea Job todavía (habiendo visto y oído la majestad y sabiduría de Dios) corregirle? responda—a las preguntas que le acabo de hacer.

36. Jehová—así el hebreo.

37. Soy (demasiado) vil (para responder). Es una cosa tan diferente vindicarnos delante de Dios de vindicarnos ante los hombres. Esto podía hacer Job, mas no aquello. mano … sobre mi boca—Ningún pedido tengo que hacer (Mateo 21:5; Jueces 18:19).

38. una vez … dos vecesMuchas veces, más de una vez (Jueces 33:14, cf. con 29; Salmo 62:11): “He hablado”, eso es, contra Dios. no tornaré …—No pleitearé más contra ti.

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