Joel 2:1-32

1 ¡Toquen la corneta en Sion y griten en mi santo monte! ¡Tiemblen todos los habitantes de la tierra porque viene el día del SEÑOR!

2 ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y de densa neblina! Como negrura que se despliega sobre las montañas es un ejército grande y fuerte. ¡Nunca antes ha subido algo semejante ni después de ello ocurrirá por años, de generación en generación!

3 Delante consume el fuego, y detrás abrasa la llama. La tierra que antes era como el jardín de Edén será después como desierto desolado. ¡No habrá quien escape!

4 Su aspecto es como el aspecto de caballos y corren como gente de a caballo.

5 Con estruendo de carros saltan sobre las cumbres de los montes, con crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca como pueblo fuerte listo para la batalla.

6 Delante de él tiemblan los pueblos y palidecen todos los semblantes.

7 Corren como valientes; como hombres de guerra escalan la muralla. Cada uno sigue su camino y no abandonan sus sendas.

8 Ninguno tropieza con su compañero; cada uno va por su calzada. Aun cayendo a causa de la espada no rompen su formación

9 en la ciudad. Van saltando por el muro, corren por las casas, suben por las ventanas y entran como ladrones.

10 Delante de ellos tiembla la tierra y se estremecen los cielos. El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retiran su fulgor.

11 El SEÑOR da la voz delante de su ejército. Enorme es su campamento y poderoso es el que ejecuta su palabra. Grande y temible es el día del SEÑOR. ¿Quién lo podrá resistir?

12 “Pero aun ahora”, dice el SEÑOR, “vuélvanse a mí con todo su corazón, con ayuno, llanto y lamento.

13 Desgarren su corazón y no sus vestidos”. Vuelvan al SEÑOR, su Dios, porque él es clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y desiste del castigo.

14 ¿Quién sabe si desiste, cambia de parecer y deja tras sí bendición, es decir, ofrenda vegetal y líquida para el SEÑOR su Dios?

15 ¡Toquen la corneta en Sion; pregonen ayuno! ¡Convoquen a la asamblea!

16 ¡Reúnan al pueblo; santifiquen la congregación; agrupen a los ancianos; reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Salga el novio de su cámara nupcial y la novia de su dosel!

17 Los sacerdotes que sirven al SEÑOR lloren entre el vestíbulo y el altar. Digan: “Perdona, oh SEÑOR, a mi pueblo. No entregues tu heredad a la afrenta para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: ‘¿Dónde está su Dios?’ ”.

18 Entonces el SEÑOR tuvo celo por su tierra y se apiadó de su pueblo.

19 El SEÑOR respondió a su pueblo diciendo: “He aquí, yo les envío granos, vino nuevo y aceite; y serán saciados. Nunca más los entregaré como afrenta en medio de las naciones.

20 Yo haré que se aleje de ustedes lo que viene del norte. Lo arrojaré a tierra seca y desierta; su vanguardia hacia el mar oriental y su retaguardia hacia el mar occidental. Se levantará su hedor y subirá su putrefacción”. ¡Porque ha hecho grandes cosas!

21 “¡Oh tierra, no temas! ¡Alégrate y regocíjate porque el SEÑOR ha hecho grandes cosas!

22 No teman, animales del campo, porque los pastizales reverdecerán; porque los árboles llevarán su fruto; la higuera y la vid darán su riqueza.

23 Ustedes también, oh hijos de Sion, alégrense y regocíjense en el SEÑOR su Dios, porque les ha dado la lluvia primera en su justa medida. También hará descender sobre ustedes la lluvia temprana y la tardía, como antes.

24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino nuevo y de aceite.

25 Yo les restituiré los años que comieron la oruga, el pulgón, el saltón y la langosta; mi gran ejército que envié contra ustedes.

26 Comerán hasta saciarse y alabarán el nombre del SEÑOR su Dios, quien ha hecho maravillas con ustedes. Y nunca más será avergonzado mi pueblo.

27 Así sabrán que estoy en medio de Israel, que yo soy el SEÑOR su Dios y que no hay otro. Y nunca más será avergonzado mi pueblo.

28 “Sucederá después de esto que derramaré mi Espíritu sobre todo mortal. Sus hijos y sus hijas profetizarán. Sus ancianos tendrán sueños; y sus jóvenes visiones.

29 En aquellos días también derramaré mi Espíritu sobre los siervos y las siervas.

30 Realizaré prodigios en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo.

31 El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día del SEÑOR, grande y temible.

32 Y sucederá que cualquiera que invoque el nombre del SEÑOR será salvo, porque en el monte Sion y en Jerusalén estarán los libertados, como ha dicho el SEÑOR; y entre los sobrevivientes estarán aquellos que el SEÑOR ha llamado.

CAPITULO 2

EL JUICIO CERCANO, UN MOTIVO DE ARREPENTIMIENTO. UNA PROMESA DE BENDICIONES PARA LOS ULTIMOS DIAS. Un juicio más terrorífico que aquel de las langostas se predice, bajo la figura sacada de una calamidad que en ese entonces, embargaba a la afligida nación. El, por lo tanto, exhorta al arrepentimiento, asegurando a los judíos la misericordia de Dios, siempre que ellos se arrepintieran. La promesa del Espíritu Santo en los posteriores días del Mesías, y la salvación de todos los creyentes en él.

1. Tocad trompeta—para dar la alarma de una guerra que viene (Números 10; Oseas 5:8; Amós 3:6); el oficio de los sacerdotes. El cap. 1:15 es una anticipación de la profecía que en este capítulo es más plena.

2. tinieblas … oscuridad … nube … sombra—acumulación de sinónimos, para intensificar el cuadro de calamidad (Isaías 8:22). Cuadro propio aquí, como los enjambres de langostas que interceptaban la luz del sol, sugerirían las tinieblas como figura propia de la visitación inminente. que sobre los montes se derrama como el alba: un pueblo grande—substitúyase una coma por los dos puntos después de alba: Como la luz matutina se esparce sobre las montañas, así un pueblo numeroso (Maurer) y fuerte se esparcirá. La rapidez con que se levanta el alba, que primero dora las cumbres, es menos probable que otros crean que es el punto de comparación de la repentina irrupción del enemigo. Maurer la hace referir al rubio resplandor producido por el reflejo de la luz del sol, en las alas de la inmensa multitud de langostas que se aproximan. Esto es probable; entendido, sin embargo, que las langostas no son más que la figura de enemigos humanos. La inmensa hueste de invasores asirios bajo Senaquerib (véase Isaías 37:36) destruída por Dios (vv. 18, 20, 21), puede ser que sean los objetos primordiales de la profecía; pero finalmente lo que se quiere denotar es la última confederación anticristiana que será destruída por especial intervención divina (Nota 3:2). nunca … fué semejante, ni … será—Véase 1:2; y Éxodo 10:14.

3. Delante … tras de él—eso es, a todos los lados. (1 Crónicas 19:10). fuego … llama—destrucción … desolación (Isaías 10:17). como … Edén … desierto—a la inversa (Isaías 51:3; Ezequiel 36:35).

4. parecer de caballos—(Apocalipsis 9:7.) Son langostas figurativas, no literales. La quinta trompeta, o el primer “ay,” del pasaje paralelo (Apocalipsis 9), no puede ser literal; porque en Apocalipsis 9:11, se dice que “tienen sobre si, por rey al ángel del abismo—en el hebreo, Abadón (Destructor), pero en el griego, Apollyón”—y (Apocalipsis 9:7) “sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro, y sus rostros como rostros de hombres.” Véase el v. 11: “porque grande es el día de Jehová, y muy terrible;” lo que sugiere que se refiere en último término a la segunda venida del Mesías en juicio. La cabeza de la langosta es tan parecida a la del caballo, que los italianos la llaman cavallete. Véase Job 39:21, Job 39:23 : “el caballo … como … langosta.” correrán—la langosta salta, no semejante al galope del caballo, que levanta y baja juntas las dos patas delanteras.

5. Como estruendo de carros—se refiere al sonido recio de las alas, o si no, al movimiento de sus patas posteriores. sobre las cumbres de los montes—Maurer conecta esto con “ellas” (las langostas), las que primeramente ocupan los lugares más altos, de donde descienden luego a los sitios bajos. Puede que se refiera (como en la Versión Inglesa) a “carros,” que hacen el ruido mayor al cruzar sobre las alturas quebradas.

6. temerán—aterrorizados. El proverbio árabe dice: “Más terrible que las langostas.” pondránse mustios … semblantes—(Isaías 13:8; Jeremias 30:6; Nahúm 2:10). Maurer traduce: “retirarán su brillo,” eso es, palidecerán (véase el v. 10 y 3:15).

7-9. Describen el regular orden militar de su avance. “Una langosta no se desvía ni el ancho de una uña de su propio lugar en la marcha.” (Jerónimo.) Véase Proverbios 30:27 : “Las langostas no tienen rey, y salen todas acuadrilladas.”

8. ninguno apretará a su compañero—como suele acontecer en una multitud de gente. cayendo sobre la espada—lanzándose por entre los proyectiles. no se herirán—porque están protegidos por las armaduras. (Grocio.) Maurer traduce: “Sus filas (de las langostas) no son quebrantadas, cuando corren entre los proyectiles” (véase Daniel 11:22).

9. Irán por la ciudad—de una parte a otra, buscando vorazmente lo que puedan devorar. por el muro—que cercaba cada casa de los edificios orientales. entrarán por las ventanas—aunque estén atrancadas. a manera de ladrones—(Juan 10:1; véase Jeremias 9:21.)

10. Delante de él temblará la tierra—es decir, los habitantes de la tierra temblarán por temor de ellas. los cielos—o sea, los poderes de los cielos (Mateo 24:29); sus poderes de iluminación son trastornados por las langostas, que interceptan la luz del sol, con sus densos enjambres volantes. Estas, sin embargo, no son sino figuras de revoluciones de estados, causadas por enemigos como los que estaban por invadir a Judea.

11. Jehová … su ejército—Así entre los mahometanos: “Señor de las langostas” es un título de Dios. su voz—su palabra de mando a las langostas, y a los antitípicos enemigos humanos de Judea, “ejército suyo.” fuertes, que ponen en efecto …—Más bien: “Es fuerte el que pone en efecto” (Jehová) (Apocalipsis 18:8).

12. Con tales juicios pendientes sobre los judíos. Jehová mismo los insta al arrepentimiento. pues ahoraaun ahora, lo que nadie hubiera podido esperar ni creer posible. Dios todavía los invita a la esperanza de la salvación. con ayuno y lloro y llanto—por ser el pecado de ellos en extremo nefando, requiere profunda humillación. Las señales exteriores del arrepentimiento han de expresar la intensidad del dolor por el pecado.

13. Que haya dolor interno de corazón, y no las meras manifestaciones exteriores del mismo, con el “desgarro del vestido” (Josué 7:6). del castigo—la calamidad con que había amenazado a los impenitentes.

14. dejará bendición … presente … libación—eso es, dará abundantes cosechas, de las primicias de las cuales podamos darle las ofrendas de carne y libaciones, ahora imposibles a causa de la sequía (Josué 1:9, Josué 1:13, Josué 1:16). dejará … tras de él—como Dios al visitar a su pueblo, ahora ha dejado tras de sí una maldición, así al volverlos a visitar, dejará tras de sí una bendición.

15. Tocad trompeta—para conocer al pueblo (Números 10:3 véase 1:14). La nación era culpable, y por tanto debía haber una humillación nacional. Véase los procedimientos de Ezequías antes de la invasión de Senaquerib, 2 Crónicas 30.

16. santificad la reunión—es decir, por los ritos expiatorios y la purificación con agua (Calvino) (Éxodo 19:10, Éxodo 19:22). Maurer traduce: “ordenar solemne asamblea,” lo que sería una repetición inútil (tautología) del v. 15. viejos … niños—ninguna edad debía ser exceptuada (2 Crónicas 20:13). novio … novia—aquél ordinariamente excento de deberes públicos (Deuteronomio 24:5; véase 1 Corintios 7:5, 1 Corintios 7:29). tálamolecho de los desposados, de una raíz hebrea, por cubrir, por referencia al dosel sobre el mismo.

17. Entre la entrada y el altar—Entrada era el pórtico de Salomón frente al este. El altar de las ofrendas quemadas en el atrio de los sacerdotes, delante del pórtico (2 Crónicas 8:12; Ezequiel 8:16; Mateo 23:35). Los suplicantes así habían de estar de pie, con sus espaldas hacia el altar, sobre el cual nada tenían para ofrecer, sus rostros hacia el lugar de la presencia del Shekinah. gentes se enseñoreen de ella—esto prueba que se trata de enemigos humanos, no de langostas. ¿Por qué han de decir … dónde … Dios?—es decir: “Por causa de tu propio honor, no permitas que el pagano menosprecie al Dios de Israel, como que no pudiese salvar a su pueblo” (Salmo 79:10; Salmo 115:2). celará su tierra—Cuando vea penitente a su pueblo: como el marido celoso de algún deshonor hecho a la esposa amada, como si fuera hecho a él mismo. El hebreo viene de una raíz árabe por abochornarse de indignación.

19. pan, y mosto, y aceite—más bien, como el hebreo, “el pan, y el mosto, y el aceite,” a saber, que las langostas han destruído. (Henderson.) Maurer no tan bien explica: “el trigo …, necesario para vuestro sustento.” “Responderá Jehová,” a saber, a las oraciones de su pueblo, de sus sacerdotes y profetas. Véase el caso de Senaquerib, 2 Reyes 19:20.

20. al del aquilón—El hebreo expresa que el norte con relación a Israel, no es solamente la región de donde viene el invasor, sino que es el país natal de él, “el norteño;” es decir, el asirio, o el babilonio (véase Jeremias 1:14; Sofonías 2:13). La tierra nativa de la langosta no es el norte, sino el sur, los desiertos de Arabia, de Egipto y de Libia. Asiria y Babilonia son tipo y precursor de todos los enemigos de Israel, Roma, y el Anticristo final, de quien Dios al final librará a su pueblo, así como lo hizo de Senaquerib (2 Reyes 19:35). su faz … su fin—más aplicables a la vanguardia y retaguardia de un ejército humano que a langostas. Los invasores del norte han de ser dispersados en toda dirección menos aquella de donde habían venido: “a una tierra seca y desierta” (Arabia Desértica); “hacia el mar oriental” (el mar Muerto); “al mar occidental” (el Mediterráneo); “faz” y “fin” significan este y oeste, lo que señala las direcciones en relación a ellos: daban cara al este, y por tanto el oriente estaba “en frente” de ellos; el oeste estaba detrás de ellos; el sur a su derecha y el norte a su izquierda. hedor—metáfora de las langostas, que llevadas por una tormenta a la mar o al desierto, perecen y emiten de sus cuerpos putrefactos tal hediondez, que a menudo produce pestilencias. porque hizo grandes cosas—eso es, porque el invasor se ha magnificado arrogantemente en sus hechos. Véase en cuanto a Senaquerib, 2 Reyes 19:11, 2 Reyes 19:22,28. Esto es completamente inaplicable a las langostas, las cuales solamente buscan alimento al invadir una tierra, no la gloria propia.

21-23. En orden ascendiente; la tierra, destruída por el enemigo; los animales del campo; y los hijos de Sión: a éstos, los habitantes se dirige la palabra; a aquéllos dos, por personificación. Jehová … grandes cosas—en contraste con las “grandes cosas” hechas por el arrogante enemigo (v. 20) para el daño de Judá, están las “grandes cosas” que Jehová hará en beneficio de Judá (véase Salmo 126:2).

22. (Malaquías 8:12.) Como antes (Malaquías 1:18, Malaquías 1:20) representó a las bestias gimiendo y bramando por falta de pastos, así ahora los asegura por la promesa de “prados reverdecientes.”

23. gozaos en Jehová—no meramente en los pastos reverdecientes, como las bestias brutas, que no pueden elevar sus pensamientos más que eso (Isaías 61:10; Habacuc 3:18). primera lluvia, etc.—la otoñal, o “anterior,” desde mediados de octubre hasta mediados de diciembre, se menciona primero, por cuanto Joel profetiza en el verano, cuando se verificó la invasión de las langostas, y por lo tanto mira hacia el tiempo de la siembra temprana de otoño, cuando se requería indispensablemente la lluvia otoñal. Luego, “la lluvia,” genéricamente; lit., los aguaceros, chaparrones fuertes. Y entonces, dos clases de la posterior, la “lluvia temprana” y la “tardía” (en marzo y abril). La repetición de la “primera lluvia (o temprana)” da a entender que la dará, no tan sólo para la exigencia de aquella estación particular cuando habló Joel, sino también para el futuro, en el curso normal de la naturaleza, la del otoño y la de la primavera: se nombra aquélla primero en orden natural, por ser necesaria para la siembra en el otoño, como ésta se requiere en la primavera para la maduración de la próxima cosecha. arregladamente—es decir, “en medida conveniente;” lit., “según lo justo,” tanta cuanta la tierra necesita, ni de sobra, ni demasiado poca, pues cualquiera de los dos extremos dañaría la cosecha (Véase Deuteronomio 11:14; Proverbios 16:15; Jeremias 5:24; Nota, Oseas 6:3). La frase “arregladamente” es paralelo a “al principio,” de la última (eso es, en el mes cuando principia a hacer falta; cada lluvia viene en su debida estación). Hasta aquí el justo o recto orden de la naturaleza, ha sido interrumpido por vuestro pecado; ahora Dios la va a restablecer.

24. El efecto de las lluvias estacionales será la abundancia de toda clase de alimentos.

25. oruga … langosta … pulgón … revoltón—en el orden inverso del cap. 1:4, donde (véase nota) Dios no sólo restaurará lo que se ha perdido por la plenamente desarrollada langosta consumidora, sino también lo que se ha perdido por las no tan destructivas chupadoras, trepadoras, y roedoras.

26. nunca jamás será … avergonzado—ya no sufrirá más el “reproche de los gentiles” (v. 17) (Maurer); o más bien, “no llevará más la vergüenza de las esperanzas frustradas,” como pasó a los labradores previamente (1:11). Asimismo espiritualmente, esperando en Dios, su pueblo no tendrá que sufrir la vergüenza de ver frustrada la esperanza que ha puesto en él (Romanos 9:33).

27. conoceréis que en medio de Israel estoy yo—como en la dispensación del Antiguo Testamento, Dios estuvo presente por el Shekinah, así en el Nuevo Testamento primero, por un breve tiempo, por el Verbo hecho carne, el que habitó entre nosotros (Juan 1:14), y hasta el fin de esta dispensación por el Espíritu Santo en la iglesia (Mateo 28:20), y probablemente de una manera más sensible, con Israel una vez restaurado (Ezequiel 37:26). jamás será avergonzado—no es una repetición sin significado del v. 26; la doble aserción de esta verdad da fuerza, a su infalible certeza. Como la “vergüenza” del v. 26 se refiere a bendiciones temporales, así se refiere a las bendiciones espirituales, que correrán como un río de la presencia de Dios con su pueblo (Jeremias 3:16; Apocalipsis 21:3).

28. después de esto—“en los últimos días” (Isaías 2:2) bajo el Mesías después de la invasión y la liberación de Israel del ejército del norte. Habiendo declarado hasta aquí las bendiciones temporales, ahora les levanta la mente hacia la expectación de bendiciones espirituales extraordinarias, las que constituyen la verdadera restauración del pueblo de Dios (Isaías 44:3). Cumplida en realidad (Hechos 2:17) en Pentecostés; entre los judíos y la subsecuente elección de un pueblo de entre los gentiles; en el futuro más cumplidamente en la restauración de Israel (Isaías 54:13; Jeremias 31:9, Jeremias 31:34; Ezequiel 39:29; Malaquías 12:10), y en la consecuente conversión del mundo entero (Isaías 2:2; Isaías 11:9; Isaías 66:18; Miqueas 5:7; Romanos 11:12, Romanos 11:15). Como los judíos han sido los sembradores de la electa iglesia juntada de entre judíos y gentiles, siendo los primeros predicadores del Evangelio, judíos de Jerusalén, igualmente judíos serán los segadores de la venidera iglesia mundial, que se establecerá con la aparición del Mesías. Que la promesa no está restringida al primer Pentecostés se deduce de las mismas palabras de Pedro: “La promesa es (no solamente) a vosotros y a vuestros hijos, (sino también) a todos los que están lejos (tanto en distancia como en tiempo), y a tantos cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:39). Así aquí “sobre toda carne.” Derramaré—bajo el nuevo pacto; no meramente dejaré caer gotas, como bajo el Antiguo Testamento (Juan 7:39). mi Espíritu—el Espíritu “que procede del Padre y del Hijo,” y al mismo tiempo, Uno con el Padre y con el Hijo (véase Isaías 11:2). hijos … hijas … viejos … mancebos—no meramente sobre unos cuantos privilegiados (Números 11:29) como los profetas del Antiguo Testamento, sino sobre hombres de toda edad y de todos los rangos. Véase Hechos 21:9, y 1 Corintios 11:5, cuanto a hijas, o sea, mujeres que profetizaban. sueños … visiones—(Hechos 9:10; Hechos 16:9). Los “sueños” se atribuyen a los “viejos”, como más de acuerdo con sus años; “visiones” a los “mancebos,” adaptadas así a las mentes más vívidas. Los tres modos por los que Dios revelaba su voluntad bajo el Antiguo Testamento (Números 12:6), “profecía, sueños y visiones,” resultan aquí simbólicos de su plena manifestación a su pueblo, no solamente en dones milagrosos a algunos, sino también por su Espíritu inminente en todos, según el Nuevo Testamento (Juan 14:21, Juan 14:23; Juan 15:15). En Hechos 16:9 y 18:9, el término que se usa es visión; aunque fué de noche, no fué un sueño. No se menciona otro sueño en el Nuevo Testamento, sino aquellos dados a José en el mismo principio del Nuevo Testamento, antes que el evangelio pleno hubiese venido; y a la esposa de Pilato, mujer gentil (Mateo 1:20; Mateo 2:13; Mateo 27:19). El término “profetas”, se aplicaba en el Nuevo Testamento a todos los que hablaban bajo la inspiración del Espíritu, los cuales no meramente pronosticaban eventos futuros. Todos los verdaderos cristianos son “sacerdotes” y “ministros” de nuestro Dios (Isaías 61:6), y tienen al Espíritu (Ezequiel 36:26). Además de esto, probablemente, ha de ser dado un don especial de profecía y de obrar milagros con la segunda venida del Mesías, o bien, antes de la misma.

29. Y aun también—Los mismos esclavos, por ser ya los siervos del Señor, son los libertos de él (1 Corintios 7:22; Gálatas 3:28; Colosenses 3:11; Filemón 1:16). Por lo tanto en Hechos 2:18 está citado: “mis siervos” (gr., “esclavas”) y “mis siervas” (gr., “esclavas”), ya que solamente por llegar a ser siervos del Señor, pueden ser libres espiritualmente, y participar del mismo espíritu con los demás miembros de la iglesia.

30, 31. Como la manifestación del Mesías es de pleno gozo para los creyentes, así también tiene un aspecto de ira para los incrédulos, lo cual se representa aquí. Así que por cuanto los judíos no lo recibieron en su venida de gracia, él vino en juicio sobre Jerusalén. Prodigios físicos, masacres, y conflagraciones, precedieron su destrucción (Josefo G. J.). A estas cosas puede que aluda el lenguaje aquí; pero las figuras principalmente simbolizan revoluciones políticas y cambios de los gobernantes del mundo, pronosticados por desastres previos (Amós 8:9; Mateo 24:29; Lucas 21:25), y convulsiones tales como las que precedieron el derrocamiento político de los judíos. Algo semejante probablemente ocurrirá en grado más espantoso antes de la destrucción final del mundo impío (“el día de Jehová grande y terrible;” véase Malaquías 4:5). de lo cual la destrucción de Jerusalén es el tipo y la garantía.

32. que invocare el nombre de Jehová—Aplicado a Jesús en Romanos 10:13 (véase Hechos 9:14; 1 Corintios 1:2). Por lo tanto, Jesús es Jehová; y la frase significa: “invocare al Mesías en sus atributos divinos.” será salvo—como lo fueron los cristianos justamente antes de la destrucción de Jerusalén, por retirarse a Pella, advertidos por el Salvador (Mateo 24:16); un tipo de la salvación espiritual de todos los creyentes, y de la postrera salvación del electo “residuo” de Israel, del asalto final del Anticristo. “En Sión y en Jerusalén” apareció primero el Salvador, y allí aparecerá otra vez como el Libertador (Malaquías 14:1). como Jehová ha dicho—Joel aquí se refiere, no a los otros profetas, sino a sus propias palabras anteriores. habrá llamado—metáfora de la invitación a una fiesta, la cual es un acto de pura bondad (Lucas 14:16). Asimismo. es el remanente llamado y salvado está de acuerdo con la elección de gracia, y no por méritos, poder ni esfuerzos del hombre (Romanos 11:5).

Continúa después de la publicidad