Tenga en cuenta que esto es digno de alabanza, un efecto de la gracia de Dios, una cosa aceptable a Dios, cuando sufre lesiones con paciencia; mientras que no es gloria, nada que merezca encomio o recompensa, ya sea ante Dios o ante el hombre, sufrir por hacer un mal, como malhechor, que merece castigos. Pero es glorioso y meritorio para ustedes sufrir como cristianos y por la fe cristiana: no se avergüencen entonces de sufrir de esta manera. Estos sufrimientos son señales del favor de Dios hacia ti, y tienes el ejemplo de Cristo, que debes imitar. (Witham)

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