Enfadarte y no pecar, como dice el Salmo IV. 5. La ira, como pasión de la mente, puede provenir de un buen motivo y ser guiada por la razón; como nuestro Salvador, Cristo (Marcos 3, 5), se dice que miró a los judíos con ira, es decir, con celo contra su ceguera y malicia. --- No dejes que el sol se ponga sobre tu ira. Si se mueve hacia la ira, regrese sin demora a la calma mental y al temperamento.

(Witham) --- Enfócate cuando la razón o la necesidad te obligue; pero aun así, refrena tu ira para no ofender a Dios ni escandalizar a tu prójimo. Además, déjalo a un lado tan pronto como puedas, para que el sol no se ponga sobre tu ira. (Jansenius)

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