Ayuno y oración, imponiéndoles las manos. Por lo cual se expresa claramente, la manera en que los ministros de Dios fueron, y siguen siendo ordenados obispos, presbíteros, diáconos en la Iglesia. (Witham) --- Los intérpretes están muy divididos en opiniones, ya sea que esta imposición de manos sea una mera delegación a un determinado empleo, o la ceremonia sacramental, por la cual se otorgan las órdenes. Sts. Crisóstomo, Leo, etc.

son de la última opinión; ni tampoco parece que San Pablo fuera obispo antes de esto. Arator, subdiácono de la Iglesia de Roma, que dedicó en el año 544 su versión de los Hechos de los Apóstoles en verso heroico al Papa Virgilio, atribuye esta imposición de manos a San Pedro: -Quem mox sacravit euntem

Imposita Petrus ille manu, cui sermo magistri

Omnia posse dedit .----------

--- Ver sus poemas impresos en 4to. Venecia, an. 1502. Arator fue enviado en calidad de embajador de Atalarico ante el emperador Justiniano. --- Siguiendo la práctica de los apóstoles, la Iglesia de Dios ordena un ayuno solemne y general en los cuatro tiempos públicos para la ordenación, los días de las brasas, como preparación necesaria para tan gran obra, y a esto San León llama también un tradición apostólica. Ver San Leo, serm.

ix. de jejun. y ep. lxxxi. Cap. 1. y serm. iii. y iv. de jejun. 7. mensis .--- Tampoco era este ayuno un ayuno del pecado, como algunos ridículamente afirman, porque tal ayuno era una obligación universal: ni se dejaba a la discreción de cada uno, como sostenían ciertos herejes. Véase San Agustín, hæres. iii.

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