Lactanius ridiculiza la insensatez de la idolatría con una clara ironía, que introduce con los siguientes versos de Lucilius: Ut pueri infantes credunt signa omnia ahena

Vivere et esse homines; sic isti omnia ficta

Vera putante, etc.

--- El poeta compara a estos tontos con niños. Los creo peores; porque los segundos sólo toman las estatuas por hombres, ellos por dioses. La edad provoca el error de uno, la locura del otro. Estos pronto dejan de ser engañados, pero la locura de aquellos perdura y aumenta siempre. (Lactanius, de fals. Relig. Lib. I.)

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