Lo que mi Padre me dio [1] es mayor que todos. Podemos considerar esto como la lectura verdadera de Tertuliano, San Hillary, San Ambrosio, San Agustín, etc. Los antiguos Padres utilizan estas palabras para mostrar la eterna procesión del Hijo del Padre; y que son uno en naturaleza, sustancia, poder, etc. La lectura en las copias griegas ordinarias ahora es diferente. Mi Padre, que me las dio, (la oveja) es mayor que todos.

Nadie puede arrebatarlos o arrancarlos por la fuerza de la mano del Padre. Él había dicho antes, nadie podrá, ni podrá arrebatarlos, de mi mano. Y esto muestra que la mano, es decir, el poder del Padre y del Hijo, es igual, es uno y el mismo. Ver San Agustín, San Juan Crisóstomo, etc. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Pater meus quod dedit mihi, majus est omnibus. Ver Tertuliano, lib. contr. Praxeam. capítulo xxii, pág. 513. C. Ed. R .; San Hilario, lib. vii. ed Trin. pag. 930. Ed. Ben .; San Ambrosio, lib. iii. de Sp. S. cap. 18. Ed. Par. 1586 .; San Agustín, trac. 49. en Joan. pag. 616, Quid dedit filio Pater majus omnibus? ut ipse illi esset Unigenitus Filius. San Juan Crisóstomo advierte que por la mano del Padre se comprende aquí su poder.

Y que de aquí se sigue que el poder o mano del Padre y del Hijo es igual, es uno y el mismo: y si su poder, dice él, es el mismo, también lo es su sustancia, griego: ei de e dunamis e aute, endelon oti kai e ousia. om. xa. (en Joan. 363. tom. viii. nov. Ed. Ben.)

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