No perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Habla de sus elegidos, de aquellos a quienes llamó por una Providencia y misericordia especiales, a quienes bendijo con gracias más que ordinarias y con el don de la perseverancia final hasta el fin en su gracia. (Witham)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad