Las mismas palabras tienen un sentido impío y sacrílego en la intención del sumo sacerdote, enemigo de Jesucristo; y un sentido divino y profético, en la intención del Espíritu Santo. (Bible de Vence) --- Aquí contemplamos el privilegio del oficio y el orden, aunque en una persona inicua: y como tenemos la ayuda de Dios para la expresión de la verdad, que Caifás no quiso ni supo, podemos descansar satisfechos que Cristo no dejará la silla de Pedro; (Lucas xxii. 32.) cuya fe él promete nunca fallará, aunque los ocupantes sean tan malos como sus enemigos los describen.

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