Después de haber respondido a las preguntas de San Pedro, Jesús se dirige de nuevo a sus discípulos y les pide que no se aflijan ni se angustien por lo que les dice. Muchos griegos y latinos comienzan este capítulo así: Jesús dijo a sus discípulos: No se turbe vuestro corazón. (San Juan Crisóstomo) --- Eutimio; Leont .; Theophylactus; Theodor .; &C. Estoy de acuerdo en que nuestro Salvador deseaba animar a sus apóstoles, que estaban tan preocupados porque había dicho que Pedro lo negaría.

Pensaron en sí mismos, si Pedro, que es el más fuerte y resuelto entre nosotros, se olvida tanto de sí mismo como para negar a su maestro, ¿qué será de nosotros? Jesús, al ver su ansiedad, les dice que no se turben; sino creer en él y en sus palabras, porque había dicho que no perdería a ninguno de los que su Padre le había dado; (Juan cap. VI, ver. 39.) y que todo aquel que crea en él, tenga vida eterna.

(cap. iii, ver. 15.) --- No se turbe vuestro corazón. Aquí Cristo inicia esos incomparables discursos a sus apóstoles, que se establecen en los cuatro capítulos siguientes. Sus sufrimientos y muerte se acercan ahora, les advierte que no se turben. Crees en Dios y confías en él; cree también y confía en mí, no menos que en él. (Witham)

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