Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, así también se llama falsa riqueza mundana la que pasa de unos a otros; para que no pueda ser llamado propio de un hombre, ¿ quién te dará lo que es tuyo? es decir, ¿cómo puedes esperar que Dios te conceda, o encomiende a tu cuidado, riquezas o dones espirituales, que, cuando se administran correctamente, los tuyos los administrarán por toda la eternidad? Ver St.

Agustín, lib. ii. qq. Evang. q. 35. p. 263. (Witham) --- Eso que es de otro. Se puede decir que las riquezas temporales pertenecen a otro, porque son del Señor; y sólo tenemos la dispensación de ellos: de modo que cuando damos limosna, somos liberales de los bienes ajenos. Pero si no somos liberales al dar lo que es de otro, ¿cómo seremos al dar lo nuestro? Nada que uno hubiera pensado pertenecía tan propiamente a los judíos como el reino de los cielos, la predicación del evangelio y el conocimiento de las cosas celestiales. Pero se les privó de todo por su infidelidad en la observancia de la ley, que primero les fue confiada. (Calmet)

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