No os corresponde a vosotros temer, que aman a Jesucristo: más bien teman los que por odio han crucificado a Jesús. Todos ellos, si no se arrepienten de su maldad, deben sufrir los mayores extremos de dolor. (San Juan Crisóstomo, hom. Xc.) --- Esos malvados temen, porque no tienen caridad, pero no te temen a ti; porque yo sé que buscáis al que fue crucificado, que resucitó, como os lo prometió.

Estas mujeres cariñosas buscaron a Jesús entre los muertos, que entonces estaba entre los vivos. La reciente tormenta de calamidades casi había abrumado su fe, y el peso de las tentaciones había debilitado tanto su entendimiento, que vinieron a buscar al Señor del cielo como un muerto entre los muertos. (San Jerónimo) --- El ángel se ruboriza para no llamar a Jesús el crucificado; porque esto es ahora la altura y la perfección de todo bien. Con estas buenas nuevas se esforzó por expulsar sus temores, hablando con semblante sonriente, como mensajero de las más gozosas noticias. (San Juan Crisóstomo, hom. Xc.)

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