Y a los que predestinó, también los llamó a la verdadera fe y a su servicio, sin méritos en ellos, es más, cuando toda la humanidad era culpable de muerte eterna, por el pecado original. --- Y a los que llamó, a éstos también justificó por fe, por esperanza, por amor a él y verdadera penitencia. --- Y a los que justificó, a éstos también glorificó. Es decir, ha decretado la gloria. Sin embargo, no todos los que han sido justificados, sino solo sus elegidos, que están bajo su protección especial, y a quienes concede una perseverancia en su gracia hasta el fin: para que la llamada a la fe, su santificación, su perseverancia final y su glorificación en el cielo, son los efectos de su libre elección y predestinación. (Witham)

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