Porque yo he quebrado tu yugo y quebrado tus ataduras desde tiempos antiguos, más bien, "Porque desde la antigüedad quebrantaste tu yugo y rompiste tus ataduras", es decir, las leyes y ordenanzas de Dios; y dijiste: No transgrediré, literalmente, "No serviré", rehusando obstinadamente la obediencia al Señor, cuando en cada colina alta y debajo de cada árbol verde vagabas, donde siempre se encontraban los santuarios de la idolatría, tocando el ramera, el acto de adulterio, como se practica en conexión con ritos paganos, es figurativo de idolatría desvergonzada.

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