La maldición del alejamiento de Dios y la bendición de la comunión con él.

Para el músico principal, para usar en los servicios litúrgicos del Templo, un salmo de David, el siervo del Señor, quien aquí describe a todos los demás siervos de Jehová la oscuridad en la que moran los impíos, y luego la luz en la que los los creyentes tienen su ser.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad