“Rubén, tú eres mi primogénito, mi fuerza y ​​el principio de mi poder,

Preeminente en dignidad y preeminente en fuerza,

Descontrolado como el agua, no serás preeminente,

Porque subiste a la cama de tu padre,

Entonces lo profanaste. Subiste a mi sofá ".

Jacob describe primero a Rubén en términos de ser su primogénito. Como tal, había sido la fuerza de su padre y el comienzo de la base de poder de Jacob que se encontraba en sus hijos.

Pero Reuben tiene poco futuro porque ha revelado su debilidad en su comportamiento sexual. Tal debilidad ha destruido a muchos hombres y Reuben no es una excepción. Por eso él es una nulidad. Era un hombre digno con cierta fuerza de carácter, pero tampoco tenía material de liderazgo, carecía de la capacidad necesaria para controlar y dirigir. Y había revelado su debilidad en la aventura con la esposa de su padre.

"Mi primogénito, mi fuerza y ​​el comienzo de mi poder generativo". Como hijo primogénito, el primer producto de la fuerza de Jacob, él era de quien se esperaba mucho. Estaba destinado a ser la mano derecha de Jacob. Pero falló.

"Preeminente en dignidad, preeminente en fuerza". Era más contenido que sus hermanos, se portaba bien y, como el mayor, era el más fuerte.

"Descontrolado como el agua, no serás preeminente". Pero tenía un defecto fatal, no era de fiar, descontrolado como un torrente de agua. Por lo tanto, no pudo tomar la preeminencia con seguridad y, como hemos visto, su lugar como líder ha sido tomado por Judá. (El verbo significa 'inestable, descontrolado, echando espuma').

“Porque subiste a la cama de tu padre , luego la profanaste…”. Esto se refiere, por supuesto, a cuando fue con la concubina de su padre ( Génesis 35:22 ). Esto también era una señal de su falta de fiabilidad. El que debería haber cuidado la cama de su padre la profanó. Por tanto, no se puede confiar en él.

Tenía sus puntos buenos. Había tratado de salvar a José y al menos lo había salvado de la muerte, aunque no era lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a sus hermanos. Él era el que estaba preocupado por Simeón y quería volver por él, pero no logró persuadir a Jacob de que le permitiera llevarse a Benjamín. Fue Judá quien se mantuvo firme y luego lo logró. Quizás incluso entonces su fracaso se debió a que su padre lo veía como poco confiable y no digno de confianza.

Curiosamente, la tribu de Rubén también fracasó temprano. Moisés lo describe como moribundo ( Deuteronomio 33:6 ) y se menciona con censura en Jueces 5:15 donde se enfatiza su incapacidad para tomar una decisión fuerte. Estas ideas pueden haber surgido en parte de esta percepción original de Rubén.

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