Todos serán juzgados sobre la base de su propio código moral (2: 12-16).

Pablo ahora enfatiza que todos los hombres, así como los judíos, tienen un código moral por el cual viven y por el cual serán juzgados, y que todos serán juzgados por su propio código moral. Por tanto, nadie tendrá motivos para quejarse.

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