1 Juan 1:3

La doctrina y la comunión de los apóstoles.

I. En cuanto al conocimiento: "Lo que hemos visto y oído os lo declaramos" lo que hemos visto y oído del "Verbo de vida" "la Vida" que "se manifestó", la Vida Eterna que estaba con el Padre, y "se nos ha manifestado". Estos nombres y descripciones del Hijo se refieren sin duda en primera instancia a su relación eterna con el Padre, de cuya naturaleza es imagen, de cuya voluntad es expresión, de cuya vida es Socio y Comunicador.

Pero esta relación eterna, lo que Él es con el Padre desde la eternidad, debe verse ahora en conexión con lo que Él es mientras habita entre nosotros en la tierra. Es "Jesucristo Hombre" quien es la "Vida manifestada". En medio de todas las condiciones de nuestra muerte, esta vida se manifiesta así. Porque el que es la Vida, toma nuestra muerte. De otra manera no podría "sernos manifestada la Vida Eterna que estaba con el Padre".

II. Hasta aquí el conocimiento comunicado. La comunión comunicada viene a continuación: "Para que tengáis comunión con nosotros". El significado claramente es que ustedes puedan compartir nuestra comunión, que verdaderamente "es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo". (1) El objeto de esta comunión es el Padre y el Hijo el Padre y Su Hijo Jesucristo; no cada uno por separado, sino los dos, ambos juntos, con todo lo que el Espíritu del Padre y el Hijo puedan ser comisionados para mostrar, y vuestros espíritus puedan asimilar, del "consejo de paz" que es " entre ellos "ambos; eso es lo que se le presenta como el objeto de su confraternidad.

(2) La naturaleza de la confraternidad se puede conocer verdaderamente solo por experiencia. En la medida en que puede describirse en sus condiciones, su funcionamiento práctico y sus efectos, se pone de manifiesto en toda la enseñanza de esta epístola, de la que se puede decir que es el tema. Pero aquí se pueden indicar algunos detalles: (1) Que implica inteligencia y perspicacia, tal inteligencia y perspicacia que solo el Espíritu puede dar.

(2) Debe haber fe, una fe personal, apropiada y segura, para que la inteligencia, la intuición, pueda ser avivada por un sentido vivo de interés y preocupación personal real. (3) Esta confraternidad tiene un carácter transformador, conformista y asimilador. (4) Es un compañerismo de simpatía. (5) La comunión es de gozo.

RS Candlish, Lectures on First John, pág. 1.

Referencias: 1 Juan 1:3 . Spurgeon, Sermons, vol. vii., Nº 409; J. Clements, Púlpito de la Iglesia de Inglaterra, vol. i., pág. 218.

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