No herirás a un niño.

Aprecia el instinto más fino

La prohibición sugiere el deber de apreciar los mejores instintos de nuestra naturaleza. El acto aquí prohibido difícilmente podría llamarse crueldad, el niño estaba muerto, pero era antinatural. Es hermoso ver cómo la antigua Ley inculca esta rara y delicada delicadeza de sentimiento. La lección es que debe evitarse todo lo que tienda a embotar nuestra sensibilidad moral. ( J. Orr. )

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