Y los hombres que viajaban con él se quedaron mudos, oyeron una voz, pero no vieron a nadie (texto y Hechos 22:9):

Las vistas y los sonidos de la vida

Aquí hay un registro de lo sobrenatural en la vida de Pablo y sus compañeros.

El hecho de que estos fenómenos ocurrieran al mediodía, y que los compañeros de viaje del apóstol también fueran sensibles a ellos, demuestra que tanto la voz como la luz eran realidades objetivas. La ligera discrepancia entre las dos cuentas confirma su autenticidad. La identidad de la declaración de dos personas diferentes después de un intervalo de veinticinco años despertaría sospechas. Pero se puede suponer con justicia que todo lo que Pablo quiere decir es que no oyeron una voz articulada, sino un mero sonido.

El mismo sonido que no comunicaba idea en un caso, transmitía un mensaje de Cristo en el otro. Y la misma luz que no reveló nada a "los hombres" reveló al Hijo de Dios a Pablo. Esta circunstancia extraordinaria indica lo que es común en la vida humana. Una voz cargada de profundo significado para algunos, es un mero sonido vacío para otros; una luz que revela las realidades más grandiosas para algunos, no revela nada a otros.

I. La vida de los hombres en relación con la naturaleza material lo demuestra.

1. Las luces de la naturaleza revelan:

(1) Para la multitud irreflexiva, nada más que meras formas sensuales, justo lo que le revelan al bruto.

(2) A las existencias supersticiosas y sobrenaturales, temidas como demonios o adoradas como dioses.

(3) Para el filósofo escéptico, nada más que un gran sistema de fuerzas bien organizadas que actúan por su propio impulso inherente sin resistencia como el destino.

(4) Para el cristiano iluminado, un Padre sabio y amoroso.

2. También las voces de la naturaleza, que son ilimitadamente variadas y se establecen en cada tono, transmiten diferentes impresiones a diferentes mentes.

(1) Nada más que mera sensación.

(2) Sobrecogimiento supersticioso.

(3) Inteligencia científica.

(4) Pensamientos de Dios.

II. La vida de los hombres en relación con la historia de la humanidad lo demuestra. Las luces y voces de la historia revelan cosas variadas y casi opuestas.

1. Para algunos, no tiene ninguna ley que lo gobierne. Sus movimientos sociales, mercantiles y políticos son atribuibles sólo a impulsos ciegos y pasiones caprichosas.

2. Para otros, sólo tiene la ley que gobierna el poder humano. Algunos explican todo sobre el principio de que los fuertes se aprovechan de los débiles. El progreso y la decadencia del comercio, el ascenso y la caída de los imperios, el destino de las batallas son atribuibles a un poder superior.

3. Para otros, está gobernado exclusivamente por el mal. El diablo está en los planes del comerciante, los truenos del orador, el oficio del sacerdote y da forma al destino de la raza.

4. Para otros, se rige por el plan mediador de Dios. El propósito restaurador del cielo se ve a través de los siglos. Incluso los sufrimientos más amargos se consideran dolores de parto que dan a luz a un orden superior de cosas.

III. La vida de los hombres en relación con el oráculo inspirado lo demuestra. La Biblia tiene luces y sonidos maravillosos, pero nada es más cierto que ellos afectan de manera diferente a diferentes hombres. La historia eclesiástica, las polémicas teológicas, así como la vida religiosa de nuestra época, están plagadas de ilustraciones de esto. El escéptico y el creyente, el papista y el protestante, el sociniano y el trinitario, el eclesiástico y el inconformista son ejemplos sorprendentes.

IV. La vida de los hombres en relación con el ministerio evangélico lo muestra. Cuán diferente es el mismo sermón considerado por varios miembros de la congregación. El sermón que como voz divina habla a la conciencia de unos, no tiene sentido para otros; o que, como una luz divina, destella convicción moral y revela a Cristo a algunos, o no se ve en absoluto, o se considera como un mero resplandor del genio o entusiasmo humanos. Conclusión: este tema ...

1. Revela un atributo distintivo de la naturaleza humana. Los hombres tienen el poder de oír y ver con el alma. Todo lo que los brutos ven y oyen termina en la región de la sensación. Ezequiel, Isaías, Juan, nuestro propio Milton muestran lo que los hombres pueden ver y oír con los órganos de su alma. Los de limpio corazón ven a Dios. El hombre, en una palabra, tiene el poder de recibir, modificar e interpretar la impresión que lo exterior le produce.

2. Explica la gran diferencia entre hombres de mente espiritual y carnal. Los hombres se dividen en dos clases, los que viven para y para la carne, y los que viven para y para el Espíritu. ¿Por qué es esto? Uno oye y ve en los sonidos y visiones de la vida lo que el otro no ve. Lo espiritual se da cuenta de lo espiritual incluso aquí.

3. Presenta un objetivo en la vida por el cual todos deben esforzarse, es decir, para que los ojos y oídos de su alma se aviven tanto como para ver y escuchar a la Divinidad en todas partes, como lo hizo el Señor con el siervo de Eliseo. ( D. Thomas, DD )

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